Ramón Antonio Espinal (Van Elder)
Un gran vegano ignorado
por sus conciudadanos. -- Sindicalismo ético, militancia revolucionaria y
creación literaria ---
Por Ubaldo Solís
Fuente: Obra Ramón- Van Elder-
Espinal, Una vida intelectual comprometida. Publicada por el
Archivo General de la Nación Vol. CL, una
compilación y estudio
preliminar del Prof. Alfredo Rafael
Hernández Figueroa. Santo Domingo, 2011, impresión Editora Búho,. S.R.L.
diciembre 2011.
Ramón Antonio Espinal, (Van Elder Espinal), escritor,
conferencista, polemista y mentor político revolucionario, fue uno de
los intelectuales dominicanos, nació y
creció en La Vega, en pleno Cibao, que más promedió a la cultura y las letras.
Prosista impecable, talentoso y estudioso, tuvo su origen en la clase
trabajadora de su pueblo. Adopto el seudónimo de Van Elder Espinal, con
que se hizo familiar su generación. Estudio secundaria y fue obrero
en una cigarrería, en donde comenzó a
conocer e influir en el sector obrero. En 1945, de acuerdo con el director de
la revista Renovación, llegó a la capital para dedicarse a la organización
gremial, para lo cual, además habría que
reeditar el periódico La Voz del
Pueblo. Estando en la Imprenta Renovación fue sorprendido durante un asalto
policíaco que se realizo en julio del 1945. Sometido a duras torturas en el cuartel de la Policía,
que en ese entonces estaba situado en la calle de Las Damas esquina Mercedes,
fue rematado a balazos por negarse a confesar en dónde estaba su amigo y compañero Julio Cesar Martínez
Pocos hombres trascienden la historia de los pueblos en la forma en que lo hacen
quienes se dedican a servir a los demás en forma desinteresada. Según hacen su
labor silenciosa, así mismo pasan, dejando un recuerdo perene de agradecimiento
en la comunidad de los humildes, donde no hay altavoces para promover, ni
prensa para magnificar y elevar a sitiales de gloria a quienes como Ramón
Antonio Espinal lo dieron todo por su pueblo.
La posteridad,
sin embargo, sabrá reconocer en este
hombre sus valores, y lo elevará al rango histórico que justamente se merece.
El movimiento obrero dominicano no sabe lo que perdió con su desaparición, pues
VAN ELDER fue su más digno
representante, no eligió el exilio
cuando estuvo perseguido, sino que insistió en quedarse aquí y desde su
periódico LA VOZ DEL PUEBLO continuó la lucha concientizadora del pueblo
dominicano.
Fue un hombre
comprometido con la lucha del pueblo y como hombre de compromiso con un gran
idealismo moral, no cedió nunca ante los embates de los enemigos y traidores de
la causa. Siempre estuvo a la altura de la circunstancias
demandaban y corrió todos los riesgos, llegando a inmolarse por sus ideas, como
muy poco lo han sabido hacer. Maniobró en un medio hostil, cuando el
trujillismo se afianzaba en el Poder. Casi todas las organizaciones que perteneció o fundó se abrazaron al
trujillismo.
Ramón Antonio Espinal Rosario, nació en La Vega en
1906, en el año que Ramón Cáceres se
había hecho cargo de la Presidencia en
sustitución del general Carlos Morales Languasco de quien había sido su
vicepresidente, fue asesinado
violentamente durante la tiranía de
Trujillo en julio de 1945.
De él dice el Profesor Alfredo Rafael
Hernández Figueroa. “Ramón- Van Elder- Espinal, el más grande y glorioso líder sindical de esta ciudad de
La Vega, sacrificado en aras de sus
ideales puros y sanos, mantuvo el coraje, la firmeza y la osadía frente a todo
cuando significo la brutalidad del
Poder, nacido en un sector colindante con los barrios de clase obrera de La Vega, se mantuvo en contacto con los obreros desde la niñez, conociendo en
carne propia los padecimientos de los obreros, y se hizo partícipe de los
mismos.”
Señalando el
educador vegano, “Se hizo sindicalista adolecente aún y como político, fue simpatizante del movimiento
socialista, de cuya ideas se empapó mientras estudiaba en la Escuela Normal, y
posteriormente con los refugiados españoles.
No hizo
sindicalismo ni política para servirse de los obreros, sino para servirle de
manera honorable. Hay que destacar, su condición de ser ético, incorruptible antes las
tentaciones, que atrajeron a los demás, jamás
traicionó la causa.
Van Elder, fue
un hombre polifacético, que se ganaba la
vida por todos los medios honrados,
siempre evitando convertirse en un parasito de los obreros. Fue tipógrafo,
tabaquero, periodista, literato miembros
activo del grupo cultural Los Nuevos, miembro de las sociedades Cultura y
Amante del Progreso, charlistas e historiador del movimiento obrero, estudioso
a fondo de la historia local, socio fundador del Club Camú en su segunda
etapa, fundador de la Asociación de
Periodistas Independientes, de la cual fue Vicepresidente, fundador de la
Asociación de Boys Scauts Católicos, de lo que también fue vicepresidente,
profesor alfabetizador del Ateneo Obrero, articulistas en periódicos
locales, activista obrero, profesor
ayudante a los estudiantes pobres que tenían materias pendientes en la Escuela Normal, político militante que
participo en el atentado de Santiago contra Trujillo en 1934, miembro fundador
del Partido Democrático Revolucionario Dominicano (PDRD), socialista militante
consumado, entre otras actividades públicas y clandestinas. Nació en
La Vega en 1906, fue asesinado violentamente durante la tiranía de Trujillo en julio de 1945.
Con el grupo Los
Nuevos, participó en varios eventos, sus
trabajos literarios fueron publicados
en Renovación, La Palabra, El Progreso,
y en la revista de los Nuevos.
Cuentos como “Jean Silie”, “Integralidad”, “ El Renegado” han sido rescatados del olvido
por sus méritos literarios, artículos
como Del Huerto Ajeno, La Estatua
de Memnón, Anoche con Stéfano, Desafueros Educacionales, Boves Redimido, Cultura
y Patriotismo, revelan su gran cultura, capacidad der análisis y
habilidad como polemista.
Manuel Mora
Serrano, en 1985, dedico dos de sus entregas en el Listín Diario a
comentar las actividades de Los Nuevos, dice de Van Elder y su cuento “Jean
Silie”. --------- es pionero en algunos aspectos de la cuentística dominicana,
Van Elder Espinal pertenece a ese grupo extraordinario de narradores que encabeza Juan Bosch y que reúne nombres de
tanta brillantez como Sócrates Nolasco, espiga de dignidad humana nunca doblegada, y señor de la
prosa, Freddy Prestol Castillo, uno de
los más elevados ejemplos del buen uso de la palabra en este país, narradores
de la talla de José Rijo, Ramón Marrero
Aristy, Ramón Lacay Polanco, Alfredo Hernández
Simó, Ismael Abreu,
Julio Vega Batlle, Rafael
Daminon, Miguel Ángel Monclús, Julio González Herrera. Un narrador se conoce
por la cómo usa sin darse cuenta, sin ser parte de su poética algunos elementos de la realidad. No es en el uso consciente, en el pacto
ideológico donde se conoce el narrador, es, precisamente en esos destalles sin
importancia aparente, en aquellos que
fluyen con naturalidad. (Listín Diario, año XCV, No.24, 234 domingo 10 de marzo
de 1985)-------