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21 ago 2011

La Ciudad de La Vega Modelo de Arquitectura Republicana que Desaparece.











La actual ciudad de La Vega fundada por los sobrevivientes de La Concepción, antigua fundación española, obra del Descubridor y Conquistador Cristóbal Colón, que desapareciera en 1562 a consecuencia de un devastador movimiento telúrico que azotó toda las regiones Central y Norte de la isla, cambiando así el rumbo de aquellos históricos acontecimientos que se iniciaron a partir de la epopeya del descubrimiento

Informaciones de diferentes épocas dan cuenta de que la ciudad actual, segunda de las fundaciones correspondientes a La Vega, levantada alrededor de un antigua ermita dedicada al culto de San Sebastián, que estuviera situada al otro lada del Río de donde estuviera la ciudad de la Concepción, no llegara a adquirir la importancia estrategia ni el valor arquitectónico y urbanístico de aquella

El abandono paulatino de los pobladores de la Concepción desde mucho antes del terremoto y su traslado a otras localidades de la isla y fuera de ella, en gran medida a consecuencia de la decadencia económica y el estancamiento general de la colonia, así como la incertidumbre que se apodera del ánimo de aquellos colonizadores que decidieron quedarse al frente de sus intereses, no obstante los estremecedores acontecimientos causados, por la naturaleza, fueron más que suficiente para que la nueva ciudad careciera de edificaciones de calidad similares a las de la mayorías de las fundaciones erigidas en el nuevo mundo.

Ni siquiera el templo principal de la nueva ciudad, ni el santuario erigido en honor a Nuestra Señora de Las Mercedes en lo alto del Santo Cerro, originalmente construido de madera y más luego reemplazado por una pequeña y sencilla capilla, fueron objeto de mayores pretensiones

El profesor Erwin W. Palm en su obra “Los Monumentos Arquitectónicos de la Española” dice sobre esta situación lo siguiente: “ La ciudad que fines del siglo XV prometía tanto que el testamento apócrifo de Cristóbal Colón pudo presumir la voluntad del Descubridor de grabar en mármol la memoria de su gran empresa precisamente en la iglesia de La Concepción de La Vega, en 1528, en definitiva tiene fortaleza e iglesia de piedra y un Monasterio de San Francisco de Piedra e casa de Cabildo y otros veinticinco edificios de piedra muy bueno…… no hay agora (ahora) veinte vecinos. La Vida se ha retirado de la ciudad. A Las Casas le parece soñar cuando, con el bullicio de los años pasados aún en la retina, contempla ahora La Vega Real abandonada

De esta forma debe haber transcurrido el resto del siglo XVI, todo el siglo XVII, de tan ingratos recuerdos en la historia de La Española y parte del siglo XVIII. Con el apogeo que toma la colonia de Santo Domingo en el siglo XVIII, resurgen nuevamente las poblaciones del interior, entre las cuales se encuentra la de La Vega. No obstante continuar siendo sus edificaciones de madera, y por supuesto carentes de diseño arquitectónico de valor alguno. Todavía a finales del siglo XVIII, La Vega sigue siendo una simple y modesta ciudad sin las pretensiones de su predecesora

El escritor norteamericano Samuel Hazard en su extraordinaria obra “ Santo Domingo, su pasado y presente”, publicada en la ciudad de New York en 1873, y reeditada en 1974 por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, en la que refería a nuestra isla la conceptúa como “ victima del infortunio”, refiere de La Vega entre otras cosas lo siguiente: “ Esta constituida de manera ordenada; las calles se cruzan en ángulo recto, y en el centro de la ciudad se halla la acostumbrada plaza, cerca de la cual está el único edificio de importancia en el lugar, la iglesia. Las casas son generalmente de madera, aunque son mucho mejor que la mayoría de las demás ciudades, siendo algunas de ellas de una solidez muy respetable…”

Es a finales del siglo XIX, que se transforma definitivamente la ciudad de La Vega. Es durante el llamado período del romanticismo que la histórica ciudad del Camú se transforma de lo que prácticamente podría considerase una sencilla comunidad en una ciudad con características definidas, dotada de manzanas rectangulares, como apunta Hazard, y bien proporcionadas, parque con glorietas y una diversidad de edificaciones entre3 la que se encuentran las primeras construidas de mampostería, hasta entonces inexistentes en la ciudad.

El establecimiento en le Cibao de la Compañía Escocesa de Ferrocarril Santiago-Samaná, (Nota. U. Solís U., el proyecto del Ferrocarril Samaná- Santiago, nunca se dio, este solamente llegó, y fue se consolido el proyecto Sánchez-La Vega, el proyecto de una de las mentes más progresistas que haya tenido la República Dominicana, de todos los tiempos hasta el día de hoy, y nos referimos a Don Gregorio Riva, a quien la Nación Dominicana le debe mucho y aún la Región del Cibao en especial la Ciudad de La Vega.). Trae a La Vega cierto progreso a la vez que conecta con las corrientes artísticas y culturales cada vez más florecientes en la Europa romántica de finales del siglo XIX y comienzo del XX,

La comunicación con el puesto de Sánchez, abierta por el ferrocarril en el año de 1886 pone a La Vega en contacto con los estilos arquitectónicos europeos, así como con los patrones de construcción de aquellos tiempos, tantos del viejo mundo como de Norteamérica, permitiendo además la oportunidad de conocer y ponerse en contacto con los nuevos materiales que procedían de ambos lugares

Con la llegada de varias empresas extranjeras a la región, y la afluencia de materiales industrializados al mercado local, como madera procesada, acero, cemento, planchas lisas y acanaladas de zinc para cubiertas y otros más, por la cual se desarrolla una actividad constructora similar a las de otras ciudades importantes de la República.

La arquitectura republicana, denominación adquirida por las edificaciones que del período que se inicia con la Independencia de la República a mediado de siglo XIX, entre los cuales florecieron los estilos neoclásicos y victoriano, se desarrolla con singular apogeo, llegando en cierto modo a llamar a atención de todo el país que, en aquellos tiempos se debatía entre levantamientos políticos y guerras revolucionarias.

El eclecticismo de la arquitectura republicana vegana es tan característico que, según expresa el arquitecto Pedro Gamundy en su trabajo sobre la Tipología Arquitectónica Dominicana, es casi imposible establecer un orden por estilos

Al igual que en otras ciudades del país los veganos se apoderaron de otros estilos arquitectónicos de aquellos momentos, tales como el Art. Nouveau, Art. Deco, El Pradera, este último proveniente de las llanuras del Medio-Oeste de los Estados Unidos donde el gran maestro Frank Lloyd Whight, uno de los padres de la arquitectura contemporáneo fuera su líder, y el estilo Bungalow, que floreciera junto al Pradera en los comienzos del siglo XX

La radicación en La Vega a principio del siglo XX del arquitecto Italiano Alfredo J. Scaroina contribuyó de manera notable al mejoramiento del perfil urbanístico de la ciudad. Entre sus principales obras estuvo la del Mercado de La Vega, demolido penosamente y sustituido por una inhóspita plaza.

Similar a lo sucedido a todas las demás ciudades dl país, el progreso, en su más funesta expresión , continua haciendo estragos en la mayoría de las edificaciones que dieron identidad y categoría a la ciudad Olímpica, dándole paso a una serie de nuevas edificaciones que, a diferencia de las sustituidas, carecen de estilo arquitectónico alguno, y más bien constituyen, a darle a esa esta ciudad el sello de uniformidad e impersonalidad que caracteriza a todas las demás ciudades importantes de la República

Paralelamente con estas devastaciones se han estado efectuando recientemente unas pseudo restauraciones de fachadas en la que predominan la eliminación del recubrimiento de los ladrillos que están construidas , de igual manera que se hiciera en el interior del Santuario del Santo Cerro, contradiciendo la naturaleza de los estilos arquitectónicos en que están inspiradas estas edificaciones

La Vega está llamada a jugar un papel estelar en el desarrollo económico de nuestro país. Esperamos que todos los veganos, vinculado al progreso, no solo en el orden económico sino en el social y cultural, se ponga a tono con el clamor nacional, contribuyendo, por un lado al rescate de la antigua Concepción y por otro a la revalorización de la zona antigua de la ciudad , de forma que junta a todas las demás ciudades importantes de la República Dominicana reciba la admiración y el respecto de cuantos la visiten

Fuente, consultada.

Manuel del Monte Urraca, colección Vega Vieja, Vol.III, pps 15al 20