Breve referencia del origen del pueblo vegano y de los primitivos nombres de sus callles
Destruida la antigua ciudad de la Concepción de La Vega, por el terremoto del 2 de diciembre de 1562. Es sabido que sus pocos sobrevivientes se refugiaron del lado este del Río Camú con la finalidad de reiniciar su vida en sociedad
Este pequeño reducto de ese conglomerado, que al decir de varios investigadores históricos la ciudad de la Concepción casi no tenía muchos habitantes y construyeron un caserío de casas construidas de tablas de palmas y techo de yagua o cana.
A pesar de de pequeñez y lo modesto del poblado recién construido, la Concepción de La Vega, seguía ostentando el honroso titulo de ciudad, por continuar en ella el asiento del Obispado
A 28 años de haber sido destruida la ciudad y su posterior traslado del reducido grupo que se establecieron en la margen del Rio Camú, ya para el 1990, la ciudad de La Vega, contaba con 30 vecinos. Para el 1598, a los 32 años de su restablecimiento, la ciudad presentaba unas dieciséis casas de paja (bohíos); no tenia calles ni plaza, sino que los vecinos andaban de una casa a otro por trillos, abriéndolo a sus pasos por entres guayabales y brucales
En el censo levantado por el gobernador colonial Antonio Osorio, en el 1606, se apuntaba que la ciudad de La Vega, contaba con unos 40 vecinos. Pero para el 1650, la población había perdido la categoría de Ciudad, como consecuencia de haber sido suspendido el Obispado. Para ese entonces contaba con más de 80 vecinos
Para el 1680, se decía que el pueblo contaba con 434 personas, entre las cuales había 48 españoles, 35 mujeres y 58 esclavos, así como unos 35 bohíos. Pero para el 1990, eran n unos 747. En el año de 1724 se manifiesta que la existencia de unas 90 casas de muy mal estados. Del pueblo se decía, para el 1764, que era de poca importancia y que estaba conformados por casas fabricadas de ramas de arboles y cubiertas con hojas de palmeras
Ya en 1783, las calles de la población están alineadas, con hierbas que la apatía española dejo crecer en ellas, lo que le hacia parecer pequeños predios, y los vecinos pastan sus rebaños a las puertas de sus casas, que de madera y están separadas las unas de las otras. Formado un número de 300. Describiéndose hacia el 1798, como un pueblo con plaza cuadrada y calles alienadas con yerbas en lugar de pavimento
En 1805, el manto negro del dolor y la desgracia llega a la población, cuando el sanguinario Juan Jacobo Dessalines, acosado por las fuerzas patrióticas, en su huida de Santo Domingo, pasa por La Vega, la incendia, esto ocurre a principio del mes de abril del 1805, y sólo quedo la iglesia y dos casa de mampostería
Comenzando desde ese entonces una vida vegetativa para La Vega, y la mayorías de los habitantes se refugian en los campos vecinos, de donde irían saliendo luego para volver al pueblo, por la prédica de un sacerdote de la Orden de San Agustín, que a menudo venía desde Santiago con ese fin. En el año de 1813, recobra La Vega ele título de Ciudad por disposición del Capitán General Juan Sánchez Ramírez, a la sazón gobernador de la colonia
Es en ese entonces cuando, conforme exponen el Pbro. Pablo Francisco Amézquita y Lara y el historiador Manuel Ubaldo Gómez Moya, se procede a la alineación de las calles, pero algunas tuvieron que quedar torcida porque sus dueños se oponían a que se le cambiara de sitio
Hablándose que para el 1842, se dice que La Vaga, tenía sus calles principales empedradas y que muchas de sus casas eran de mampostería. Es importante señalar que ese trabajo de mejoramiento de las calles mencionadas se debió a la acción constructiva del gobernador haitiano Placide Lebreun
El terremoto de 1842, destruye la ciudad, derribados todos sus edificaciones, incluyendo el palacio de gobierno, la iglesia y una casa, que era de mampostería. Perdió así La Vega, la única edificación de tipo colonial, que lo era el templo. En el censo levantado en 1898, de común acuerdo con el ayuntamiento y la Sociedad La Progresista, aparece La Vega, con 21 calles y 3,406 habitantes
dos años más tardes, 1900, en una interesante crónicas bajo el títulos “Por el Cibao”, del escritor Tulio M. Cesteros, dice “las calles de La Vega son rectas, aunque no bastante anchas, y que no tienen aceras”.
Los nombres de las calles.
Hay que consignar que las calles se llamaban como se le ocurriera a sus moradores, sobre eso dicen Guido Despradel Batista, “para designarle le ponían el primer nombre que le venía a la memoria de algo notorio que hubiera en ella”. Refiere el historiador vegano, los nombres de algunas de ellas como; El Higuerito, El Tejar, El Algarrobo, La Máquina, Los Barritos, Filantrópicas, Matadero, Carnicería, Los Lino, Sinceridad, Caridad, Jácuba y Petión. De esos nombres dice Despradel Battista, fueron puesto por el gobernador Lebreun, hacia el 1823
Había también calles llamadas por los nombres de personajes, tales como; Cristóbal de Moya, Pepe Tavera, Pepe Gómez, cuyo dos últimos formaban parte del grupo de Los Dones, así como Monsieur Estin.
En cuanto a los nombres de La Caridad y Carnicería puede suponerse que se trataba de lo que hoy es la Duarte, en un tiempo llamada de los muertos, en el primer caso y de una la que circundaba la plaza del mercado, en el otro
Con relación a los nombre de los personajes se trataba de las calles donde residían. Por mucho tiempo se estuvo luchado pare que se le dieran nombres a las calles de manera oficial. Es el 19 de enero de 1875, se resoluta ponerles nombres, así como enumerar las casas, en la sesión municipal de fecha 16 de julio de 1875 se decide dar de manera oficial a las calles los siguientes nombres: San Antonio, Colón, 27 de Febrero, Progreso, La Cruz, San Carlos, Las Carreras, Beller, América, González, Estrecho, Mercado Jácuba y Capotillo.
Todavía en 1876, no se había hecho la rotulación, y en la sesión del Cabildo del 27 de mayo de ese año, se acuerda comenzar a hacerlo, pero en ese entonces hubo uno de los tantos movimientos armados por cuestiones políticas,, por lo que quedó en suspenso este asunto
En la sesión del 27 de mayo de 1879, se le concede a La Sociedad la Progresista el derecho de numerar las casas y rotular las calles, sin que pueda alterar los nombres de las que le puso el Ayuntamiento en épocas pasadas. Se refiere a los asignados en el año de 1875. Todavía en 1881 no se habían rotulado esas calles. El 15 de septiembre de 1888, se habla en el Cabildo Vegano, de que a las calles se les den diferentes nombres y que se proponía designar una comisión para hacer la nomenclatura correspondiente.
Es en la sesión del día 3 de enero de 1889, se resuelve cambiar los nombres a las llamadas del Cementerio, , Ferrocarril., El Vapor, El Sol, La Cruz, Del Fuerte, San Carlos, La Laguna, San Antonio, Mercado, y La Biblioteca por ;los La Duarte, El Vapor, Comercio, Mella, Independencia, Libertad, Talanquera, Capotillo, Telégrafo, La Biblioteca, respectivamente , quedando con sus antiguo nombres denominaciones las del Progreso, Las Carreras, Colón, Del Canal, Igualdad, La América, La Restauración y Beller.
Es lamentable que en esta ciudad haya tantas calles sin nombres oficiales, cuando a la vez hay tantos ilustres nombres sin calles, sectores como: Palmarito, Villa Francisca, I y II, Villa Real, Don Bosco, Enriquillo, como también diversas urbanizaciones que sus calles no tienen नोम्ब्रेस
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Fuente consultada, La Vega y sus calles
De Mario Concepción, PROVEGA, Santo Domingo, 1986