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29 abr 2010

EL USO DE LAS PLACAS OFICIALES

EL USO DE LAS PLACAS OFICIALES
Por: Lic. Alfredo Cruz Polanco (alfredocruz_p@hotmail.com)

El uso de las placas oficiales de las instituciones públicas del Estado, están estrictamente consagradas a los ministros, directores y funcionarios de las mismas. Ninguna persona o institución, ajena a las mismas, puede hacer uso de ellas. De hacerse, se caería en una flagrante violación a la ley, lo que conlleva a graves sanciones. En nuestro país ya es una vieja costumbre asignarle placas a relacionados, amigos y familiares de funcionarios de las instituciones públicas, por compromisos políticos o personales, como ocurre con los ministerios de Agricultura, Salud Pública, Educación, Obras Públicas, Deportes, CDEEE, Ayuntamientos, Ejército Nacional y de otros organismos estatales y autónomos. A menudo, observamos a personas inescrupulosas, de una moral muy cuestionada y que no laboran para ninguna institución del Estado, haciendo uso indebido de una placa oficial en su vehículo, queriendo llevarse el mundo por delante, haciendo alarde del poder.
Se comenta que hasta Senadores, Diputados, Síndicos, Regidores, y altos funcionarios públicos, prestan sus placas a particulares, para operaciones ajenas a las que realizan las instituciones a las que pertenecen dichas placas.
En los últimos meses, en nuestro país se han cometido crímenes horrendos, por bandas de sicarios ligadas al narcotráfico, que utilizan vehículos con placas oficiales pertenecientes a algunas de estas instituciones. Se alega que dichas placas fueron sustraída y en algunos casos, reportadas sus pérdidas. Dado el alto índice de hechos delincuenciales en los que están envueltos vehículos con placas oficiales, los organismos de seguridad, como la Policía Nacional, Ejército Nacional, la Dirección Nacional de Control de Drogas, etc, deben ejercer un absoluto control sobre estas placas; cada institución debe enviar a cada organismo de seguridad una relación de las personas que tienen asignadas este tipo de placas, que contenga el nombre de la persona a la que le fue asignada y las funciones que desempeña en la institución, el No. de la misma, el No. de la Cédula, el tipo de vehículo, la marca, el año y el color del mismo.
Los organismos de seguridad deben realizar operativos de chequeos de estas placas para detectar ciertas irregularidades, sin que nadie se moleste, sin que nadie se sienta mal cuando se le detenga para fines de investigación; que nadie actúe con arrogancia e insolencia. Esta práctica, de asignarle placas oficiales a personas ajenas a la institución, hay que eliminarla, pues si usted no es funcionario, si usted es una persona que actúa correctamente, si usted es respetuosa de las leyes, si usted cumple con sus responsabilidades como ciudadano, que no necesita del tráfico de influencias, entonces, ¿ para qué usted requiere de una placa oficial? . Todo el que requiere hacer uso de ella, sin corresponderle, como diría el cantautor argentino, Facundo Cabral, “algo malo esconde”, pues de alguna inmunidad necesita ante las autoridades, para transitar, y así poder cometer algún acto reñido con la ley, la moral, el pudor y las buenas costumbres.



Cuando se compruebe la comisión de un crimen, un asalto o robo, en un vehículo con placa oficial, asignada a alguna persona ajena a una institución, el director o ministro de la misma, debe cargar con el peso de la ley, pues es el responsable de lo que suceda.
Quien suscribe, es miembro fundador del partido en el poder; ha sido Gobernador de la provincia La Vega; Diputado al Congreso Nacional por la misma provincia y en la actualidad, Contador Público Autorizado y miembro del Parlamento Centroamericano y nunca nos hemos visto precisados a ser uso de una placa oficial para transitar, pues actuamos siempre correctamente y con transparencia, con humildad, sin prepotencia ni arrogancia, siempre respetuoso de los demás, sobre todo, de nuestras autoridades. Por eso, cada vez que se realiza un operativo o algún chequeo rutinario, y me ordenan detenerme, lo hago decentemente y me identifico ante la autoridad, sin necesidad de decir cuál es mi función; lo mismo aconsejo a mis hijos a que lo hagan. Creo que este debe ser el papel de todo ciudadano que actúe apegado a la ley. Hasta la próxima.


El Autor es Contador Público Autorizado
y Miembro del Parlamento Centroamericano (PARLACEN).