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24 may 2011

EL SIGNIFICADO OCULTO DE LOS CALENDARIOS

13 LUNAS Y EL SIGNIFICADO OCULTO DE LOS CALENDARIOS

(Por Conciencianoosfera)

Iba a hablar de este importantísimo tema más adelante, pero hoy día al ver una “noticia” muy tendenciosa en los medios de DES-información masiva decidí hacerlo AHORA.

Esta es la SUPUESTA “noticia“.




Esto no es un “fenómeno” o evento “raro”. El verdadero FENÓMENO y lo claramente RARO es que a estas alturas de nuestra “civilización” (que va harto mal) nos sigamos CREYENDO el cuento del calendario gregoriano. Lea este post y comprenderá al final a qué me refiero y qué tiene que ver con la “noticia” de hoy que comento.


CALENDARIOS DE LA FALSA FRECUENCIA 12:60



La palabra “CALENDARIO” tiene su interesante origen a partir de la palabra griega “KALENDAS“, que eran unos cuadernos donde se anotaban las DEUDAS de la gente.


Antiguamente -léase ANTES de la aparición del sanguinario mitraísmo y todas las muchas variantes que se esconden hoy en día tras el llamado “cristianismo”, dirigido por el siniestro vaticano-, la mayoría de las culturas se guiaban por la LUNA para hacer su medición del “tiempo”, mientras el uso del SOL para esta medición habría surgido recién en el antiguo Egipto.

El Calendario Egipcio



El año egipcio constaba de 12 meses de 30 días y 5 días adicionales. Este calendario ya existía antes del año 4000 AC y estaba basado en la observación de la salida “heliaca” de la estrella Sirio (la más brillante del firmamento). Se produce la salida “heliaca” de una estrella cuando ésta vuelve a ser visible sobre el horizonte poco antes del amanecer, después del intervalo de tiempo en el que la luz solar impedía su visibilidad. El intervalo de tiempo entre dos salidas “heliacas” consecutivas de una estrella es el año sideral, que no coincide exactamente con el verdadero año solar o trópico, que es el que determina la periodicidad de las estaciones. La causa de que no coincidan año sideral y año trópico es el movimiento de precesión de los equinoccios que sufre nuestro planeta. De todas maneras la diferencia entre ambos es relativamente pequeña.

El Calendario Babilónico




El primitivo calendario babilónico fue del tipo lunar. Al principio, el año babilónico estaba constituido por 12 meses de 30 días, es decir, que tenía casi 5 días y 1/4 menos. Al cabo de algunos años, el «mes de arar», por ejemplo, no se ajustaba a tal faena agrícola. Posteriormente se acortaron algunos meses para acomodar más exactamente el calendario a la aparición regular de la Luna nueva. Esta medida desajustó aún más el calendario con las estaciones. Los babilonios resolvieron posteriormente esta dificultad intercalando un nuevo mes de acuerdo con un ciclo determinado.

El Calendario Griego

El calendario griego, del tipo lunisolar, copiado de los babilonios, constaba de 12 meses de 29 y 30 días alternativamente. A este año de 354 días se le añadía un nuevo mes cada tercero, sexto y octavo año. Los griegos intentaron frecuentemente encontrar un intervalo o ciclo que contuviera un número exacto de años solares y lunisolares (es lunación el promedio de tiempo entre dos Lunas nuevas consecutivas). Tal ciclo, el «gran año» de 19 años solares descubierto por el astrónomo griego Metón en el siglo V a. de J.C., no sirvió nunca de base para un calendario práctico. Pero este Ciclo de Metón (o Cielo Áureo) tiene todavía importancia en el cómputo de fechas de las festividades religiosas, ya que solamente es unas pocas horas más largo que 235 lunaciones y por tanto las fases de la Luna nueva caen los mismos días del año en los ciclos sucesivos.



El Calendario Romano Primitivo

El original calendario romano, introducido hacia el siglo VII a.C., tenía 10 meses con 304 días en un año que comenzaba en Marzo. Al tener el año en este calendario una duración tan diferente de la del año trópico (365,24219 días) las estaciones no se repetían en las mismas fechas de un año para otro. Las estaciones se repetían con periodicidad de un lustro, cinco años estacionales o trópicos se correspondían muy aproximadamente con seis años de 304 días, ya que el intervalo de tiempo transcurrido era de 1824 días, lo que dividiendo entre la duración del año trópico resulta 4,9939 (aproximadamente 5).

Dos meses más, Enero y Febrero, fueron añadidos posteriormente también en el siglo VII a.C., durante el reinado del rey Numa Pompilio (715 -673 a.C.), que fue el segundo rey de Roma, ya que reinó después de Rómulo.

El calendario que los romanos utilizaban en los primeros tiempos era un calendario lunisolar parecido al empleado por los griegos. A partir de la modificación efectuada durante el reinado de Numa Pompilio, el año romano estaba compuesto de 12 meses lunares, algunos de cuyos nombres se emplean todavía: Martius, Aprilis, Maius, Iunius, Quintilis, Sextilis, September, October, November, December, Ianuarius y Februarius.

Finalmente se acordó usar un calendario común de 304 días distribuidos en 10 meses (6 meses de 30 días y 4 de 31 días). Pero éste tenía desfases de tiempo y los pontífices paganos lo reajustaban anualmente en el último mes. Los reajustes se hacían con criterios políticos, pero no astronómicos, como determinar el día de pagar a la servidumbre, y se hacía mal uso del reajuste, para prorrogar cargo de un funcionario, adelantar o retrasar votaciones.

El año empezaba a finales de marzo (martius), del dios de la guerra, Marte, que era el primer mes de primavera, cuando se decidían las campañas militares del año. Los meses iban desde martius hasta februarius en este orden:

Martius

Aprilis

Maius

Iunius

Iulius

Augustus

Septembris

Octobris

Novembris

Decembris

Januarius

Februaris


Los pontífices o sacerdotes proclamaban el primer día de cada mes las “Calendas” e intercalaban un mes cuando el calendario lo exigía por haberse retrasado. En muchas ocasiones se hacía esta corrección sin ningún cuidado y a veces ocurría que los funcionarios romanos acomodaban el calendario al capricho de los gobernantes, que añadían y restaban no sólo días, sino también meses para alargar o abreviar los periodos de las magistraturas. Como consecuencia de estas irregularidades, el calendario llegó a desajustarse a tal punto que el comienzo del invierno señalaba el de la primavera.


Rey Numa

Según Plutarco fue el Rey Numa, sucesor de Rómulo, el que cambio el calendario de 10 a 12 meses, poniendo como primer mes del año a enero en lugar de marzo. También, comenta que abril procede de la diosa Afrodita, mientras que mayo de la diosa Maya, madre de Mercurio.



Sosígenes de Alejandría, astrónomo y filósofo, fue el artífice detrás de la reforma del Calendario Romano bajo el imperio de Julio César. Sosígenes calculó la revolución solar en 365 días. Así nace el Calendario Juliano, de 365 días y que cada 4 años intercalaba un día extra para “ajustar el desfase”, entre el 24 y 25 de febrero, y debido a que el 24 era el “sextus kalendas martii” pasó a llamarse “bis sextus”, derivando más tarde a año “bisiesto”.


El Calendario Juliano

El Calendario Juliano sirvió para corregir los errores del calendario romano primitivo, y proporcionar a todo el Imperio las ventajas de un calendario uniforme. Julio César estableció este nuevo calendario, que entró en vigor el 1 de enero del año 45 a. de J.C., un año antes de morir asesinado. Éste fue el Calendario Juliano, que lleva el nombre de su innovador, para cuya redacción contó César con la colaboración técnica de Sosígenes, astrónomo de Alejandría.




Para ajustar el calendario a las estaciones se ampliaron a 15 los meses del año 46 a. de J.C., con una duración de 445 días. Esta adición fue necesaria para corregir el retraso de tres meses que se había acumulado con relación al año trópico.


El año 46 a. de J.C. fue llamado el «año de la confusión» a causa de su longitud; sin embargo, contribuyó de manera definitiva a acabar con el confusionismo hasta entonces vigente.


El Calendario Juliano se basaba en el año egipcio de 365 1/4 días. Cada cuatro años se intercalaba un día (éste es el origen de los años bisiestos) y el año se dividió en 12 meses de desigual duración, puesto que 365 no es divisible por 12.


En honor de César se dio el nombre de Julius al mes Quintilis. Después del asesinato de César, una falsa interpretación del sistema hizo que el día intercalar de febrero se añadiera cada tres años en lugar de cada cuatro. El sucesor de César, Augusto, corrigió el error acumulado omitiendo el día intercalar durante tres años bisiestos consecutivos y restableciéndolo en el año 8 de nuestra Era, que marca el inicio del sistema actual de años bisiestos.


El Senado romano cambió el nombre del mes Sextilis por el de Augustus. Se estableció que el primer mes del año sería Enero.




El calendario Juliano fue el OFICIALMENTE impuesto durante el imperio romano, y la IGLESIA lo adoptó también, aunque después en el famoso “Concilio de Nicea” (del año 325) ésta afirmó que Sosígenes había hecho los cálculos en forma equivocada, pero no adoptó medidas “correctivas” aún.


El año 153 a. C. se toma como inicio del año el 1 de enero, en lugar del tradicional 1 de marzo, para poder planear las campañas del año con tiempo debido a las Guerras Celtibéricas que se estaban desarrollando en la Península Ibérica y los problemas que estaba causando la conquista y asedio de Numancia. Consta de 365 días divididos en 12 meses, excepto los años bisiestos que tienen 366 días, y añaden un día adicional al mes de febrero. El calendario juliano cuenta como bisiestos uno de cada cuatro años, incluso los seculares. Con este calendario se comete un error de 3 días cada 400 años.


ORIGEN DE NOMBRES DE LOS MESES JULIANOS


ENERO (Ianuarius)



El nombre procede de Jano, el dios romano de las puertas y los comienzos. Enero era el undécimo mes del año en el antiguo calendario romano; aunque en el siglo I a.C., con la reforma de Julio César que estableció el Calendario Juliano, pasó a ser considerado como el primer mes. El 1 de enero, los romanos ofrecían sacrificios a Jano para que bendijera el nuevo año. Su símbolo era una cabeza de dos caras, mirando al Este y al Oeste, por donde sale y se pone el Sol.


FEBRERO (Februarius)



El nombre procede de la celebración de la diosa “Juno Februata” o “Juno Februa“, en los festivales de purificación pagana celebrados hasta la antigua Roma durante este mes.


MARZO (Martius)




Para los romanos, que nombraron este mes en honor del dios de la guerra, Marte, era el primero del año.


ABRIL (Aprilis)



Los romanos dieron a este mes el nombre de abril, derivado de aperire (“abrir”), probablemente porque es la estación en la que empiezan a abrirse las flores.


MAYO (Maius)



Era el tercer mes en el antiguo calendario romano y tradicionalmente se acepta que debe su nombre a Maia, la diosa romana de la primavera y los cultivos. Las celebraciones en honor de Flora, la diosa de las flores, alcanzaban su punto culminante en la antigua Roma el 1 de mayo. En Europa se levantaban mayos (palos de mayo) en las aldeas adornados con espinos en flor el 1 de mayo.


JUNIO (Iunius)



Deriva del nombre de la diosa romana Juno, la diosa del matrimonio. Junio era el cuarto mes en el antiguo calendario romano.


JULIO (Quíntilis)



Era el quinto mes del año en el calendario romano primitivo y por eso fue llamado Quintilis, o quinto mes, por los romanos. Fue el mes en el que nació Julio César, y en el 44 a.C., año de su asesinato, el mes recibió el nombre de julio en su honor.


AGOSTO (Sextilis)



Dado que era el sexto mes del calendario romano, que comienza en marzo, fue originalmente llamado Sextilis (en latín, sextus, ’sexto’). Se le dio el nombre actual en honor del primero de los emperadores romanos, César Octavio Augusto, por algunos de los más afortunados acontecimientos de su vida ocurridos durante este mes.


SEPTIEMBRE (September)




Gallienus: emperador del mundo Romano (260-268) asesinado por sus soldados en Septiembre.

Era el séptimo mes del calendario romano y toma su nombre de la palabra latina septem, siete.

OCTUBRE (October)



Octubre era el octavo mes del antiguo calendario romano, tal como su nombre, octubre (en latín octo, ocho), pone de manifiesto.


NOVIEMBRE (November)



Entre los romanos era el noveno mes del año (en latín, novem).

DICIEMBRE (December)

Diciembre era el décimo mes (en latín, decem, ‘diez’) en el calendario romano.




Parece ser que Julio César deseaba que el año nuevo comenzara con el equinoccio de primavera, o con el solsticio de invierno, pero el Senado Romano, que tradicionalmente utilizaba el 1 de Enero como comienzo de su año oficial, se opuso a César, con lo que éste se vio en un compromiso y tuvo que ceder. Esta es la razón por la que aún hoy en día nuestro año nuevo comienza en un punto arbitrario de la órbita de La Tierra.

Originalmente los romanos numeraban los años ab urbe condita (a.u.c.), ésto es a partir de la fundación de Roma.

Si este calendario hubiera seguido utilizándose, entonces el día Viernes 14 de Enero de 2000 (Gregoriano) hubiera sido Viernes 1 de Enero de 2753 a.u.c.

Para obtener la fecha ab urbe condita no hay más que sumar 753 años al año correspondiente en el Calendario Juliano. El sistema de numerar los años a partir del nacimiento de Jesucristo, de la indicación A. D. (Anno Domini, año del Señor), se debe a Dionisio el Exiguo en el siglo VI.


Concretamente fue en el año 525 de nuestra era, cuando el monje Dionisio el Exiguo introdujo el calendario cristiano, al afirmar que Jesús había nacido el Sábado 25 de Diciembre del año 753 a.u.c.



El clero cristiano se apresuró a difundirlo entre la población y situaron el principio de la nueva era, el AD 1 (Anno Domini 1) comenzando el Sábado 1 de Enero del año 754 a.u.c. que era el comienzo del primer año tras el nacimiento del Mesías.

EL “MITO” DEL 25 DE DICIEMBRE

Esta fecha empezó a usarse como día del nacimiento de jesús, a partir del año 336 d.C. Esto se hizo para convertir en fiesta cristiana la fiesta pagana que hasta entonces se celebraba ligada al antiguo culto al Sol: la fiesta del “Dies Solis Invictis Natalis“, fiesta del “Nacimiento del Dios Sol Invicto” que renace todos los años y que en siglo II d.C. se fijó el 25 de Diciembre, considerando que era entonces el día en que el Sol entraba en el solsticio de invierno.



SOL INVICTO con su corona de rayos

Epifanio (315-403 d.C.) da el 6 de Enero del 752 a.u.c. (2 a.C.) como fecha de nacimiento, que es como se celebra en el oriente cristiano. Esta fiesta también tiene un origen pagano ligada a la gran fiesta del Templo de Core.




Clemente de Alejandría propone el 18 de Noviembre del 3 a.C. todos ellos obedeciendo a una tradición que asegura que Jesús nació a mediados del invierno.


EL ENREDO

Todos los años del Siglo XX, salvo el año 2000, comienzan con los dígitos 19… Todos los años del Siglo XIX, excepto el año 1900, comienzan con los dígitos 18… Sería preferible que comenzaran por 20… y 19… respectivamente, pero todo esto se deriva de la inexistencia del año cero y del siglo cero.

En cambio si se hubiera considerado la existencia del año cero y del siglo cero, este hubiera comprendido desde el 1 de Enero del año 0 hasta el 31 de Diciembre del año 99. Por lo tanto, el 31 de Diciembre de 1999 terminaría el Siglo 19 y el 1 de Enero de 2000 comenzaría el Siglo 20 (obsérvese que no se utilizarían números romanos para los siglos, de haberse hecho así), el siglo 20 terminaría el 31 de Enero de 2099, comenzando el Siglo 21 al día siguiente, el 1 de Enero de 2100.

INSTAURACIÓN DE LA SEMANA

En el año 321 d. C., el emperador Constantino I el Grande implantó la semana de siete días, copiada del calendario lunar judío: domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado.




Además, decretó que el domingo (dies solis = dios sol) fuese día de descanso para adorar a Dios, en detrimento del sábado, tradicional no sólo entre los judíos sino también entre los gentiles. Y es que si Jesucristo había muerto el quinto día de la semana judía, había resucitado en domingo.

Por otro lado, se satisfacía a otra religión muy popular a la que pertenecía el propio Constantino: el culto a Mitra, cuya representación era el sol. La semana de siete días se hallaba también presente en el antiguo calendario egipcio.




MITRA, el dios Sol Invicto


CALENDARIO GREGORIANO

Constantino I, emperador romano, convocó el Concilio de Nicea en el año 325. El Concilio decretó por unanimidad que la fiesta de Pascua de Resurrección se celebrara en todo el mundo cristiano el primer domingo después de la luna llena siguiente al equinoccio de primavera, y si la luna llena fuera en un domingo y coincidiera con la fiesta de Pascua judía, la Pascua de Resurrección tendría que conmemorarse el domingo siguiente. Así se evitaba la coincidencia de las fiestas de Pascua de Resurrección y de la Pascua judía.


También decidió que la fecha en el calendario de la Pascua de Resurrección fuera calculada en Alejandría, entonces principal centro astronómico del mundo. Sin embargo, la determinación exacta de la fecha resultó una labor casi imposible a la vista de los limitados conocimientos astronómicos en el siglo IV. La complicación más grande se debió a la diferencia entre el verdadero año astronómico y el calendario juliano entonces en uso. Esto produjo que al cabo de los siglos, el error acumulado fuera importante. También significó un problema serio la diferencia de días, llamada epacta, entre el año solar y el año lunar de doce lunaciones.



El Papa Gregorio XIII (Ugo Buoncompagni), nombró una comisión para revisar el Calendario Juliano de forma que la Pascua continuara coincidiendo con el principio de la primavera.




Aloysius Lilius

Luigi Lilio Ghiraldi (o Aloysius Lilius), médico de Verona, ideó el nuevo sistema.



Cristóbal Clavius

Cristóbal Clavius (1537-1612), astrónomo y matemático jesuita, fue quien hizo los cómputos que le sirvieron de base.

En marzo de 1582, el papa Gregorio XIII abolió el Calendario Juliano, estableció el 1 de enero como principio del nuevo año y le restó 10 días en forma que el viernes 15 de octubre siguiera al jueves 4 de octubre. Este ajuste devolvió en el año 1583 el equinoccio vernal al 21 de marzo, fecha en que tal equinoccio se produjo en el año 325 del Señor, en que se reunió el Concilio de Nicea, que tomó el acuerdo de celebrar la Pascua el primer domingo siguiente a la Luna llena ocurrida el 21 de marzo o después de este día.

En el Calendario Gregoriano el sistema bisextil difiere del seguido por el Calendario Juliano en el sentido de que los años que terminan un siglo no son bisiestos a menos que el número de centenas sea divisible exactamente por 400; así, por ejemplo, los años 2000 y 2400 serán años bisiestos, pero los años 2100 y 2200 no lo serán. En 400 años se producen, por tanto, 97 años bisiestos en lugar de 100.


CORTO CIRCUITO DE LA MENTE

Se supone que para medir cualquier cosa se requiere una medida estándar y precisa. Pues bien, eso NO ocurre con el calendario gregoriano.

Si quisiéramos usar las medidas del gregoriano para construírnos una casa -por ejemplo-, tendríamos una construcción irregular y de pésima geometría.

Revisemos los “meses” del gregoriano.


1. Enero (en latín “Ianuarius“)

Viene de dios “Janus” y es el mes dedicado a JANO. A él se dedican todas la mañanas (Janus matutinus) y el inicio de los meses (CALENDAS). Este mes le pertenece por ser en el que se inicia la prolongación de los días. Jano es uno de los dioses más antiguos del panteón romano y se le representa con dos caras: una que mira hacia delante y otra que mira hacia atrás. Sus leyendas están ligadas a los orígenes de la ciudad de Roma. Él reinó durante la Edad de Oro, que se caracterizaba por la bondad de los hombres y la abundancia de todos los bienes. Después de su muerte, Jano fue divinizado. Él fue el primero en inventar naves que hacían el recorrido desde Italia hasta Tesalia, así como la moneda, que por eso lleva dos caras.

Jano es también el dios de las puertas. El que abre (patulcius) y el que cierra (clusivius). Su lugar de culto se situaba en una de las colinas romanas que por él recibió el nombre de Janículum y sobre la cual el rey Anco Marcio construyó una fortificación cuyo fin era el de proteger el puerto sobre el Tíber y el camino de los mercaderes hacia Etruria.


2. Febrero (en latín “Februarius“)

Es el mes de las purificaciones y recibe su nombre de la diosa “FEBRUA”, madre de Marte, así como de Febrio o Plutón, nombre latino del Hades griego, el raptor de Perséfone. El mes de febrero es un mes de fuegos ceremoniales para ahuyentar los malos espíritus de las cosechas y los ganados, así como de los que aquejan a la salud. Estos genios malignos han sido identificados con los gigantes.

En general, en el mes de febrero se celebran festivales ígnicos en los que se queman efigies de los enemigos o de todo aquello que supone un mal para nosotros. Los celtas celebran una de sus fiestas principales con este propósito. También febrero es considerado un mes de purificaciones por constituir el momento en que los futuros iniciados en los misterios de Eleusis comienzan su periodo de recogimiento y preparación, en los pequeños misterios, a fin de poder participar en septiembre de los Grandes Misterios.


3. Marzo (en latín “Martius“)

Antes de establecerse el calendario juliano, marzo era el primer mes del año, dedicado a la Diosa Madre, que recibía diversos nombres según los lugares en que se le invocara. Era también el mes de las mujeres.

El nombre de marzo deriva de la consagración que de este mes hicieron los romanos a MARTE. Ovidio nos dice así en sus “Fastos”: “No obstante, las generaciones primitivas honraron a Marte más que a todos los otros dioses. Con ello este pueblo belicoso había seguido sus inclinaciones naturales. Los hijos de Cécrops (atenienses) veneran a Palas Atenea; la minoica Creta, a Diana; el país de Hipsilia, a Vulcano; Esparta y la pelópida Micenas, a Juno; la región de Menelao, a Fauno (Pan). El Lacio debía ser quien venerase a Marte, porque éste preside los combates: los combates eran los que proporcionaban a este pueblo feroz el poder y la gloria.”

Sin embargo, las fiestas de marzo, para la mayoría de los pueblos, están dedicadas a la resurrección cíclica de la Primavera; una resurrección que ha sido precedida y anunciada por la muerte del grano, de la simiente, del espíritu de la vegetación encarnado generalmente en el hijo de la Gran Madre; Attis, Dionisos, Osiris…


4. Abril (en latín “Aprilis“)

Mes dedicado a la diosa AFRODITA (Venus). Este mes recibe el nombre de “Aphrilis”, que significa espuma, porque de la espuma fue procreada Venus, la diosa de los amores, a quien están consagrados el toro y el mirto.

Los amores son tres: Eros, “el amor”, hijo de Venus y Mercurio; Anteros, “el amor recíproco”, hijo de Venus y Marte; y Desiré, “el deseo”, hija de Venus y Pan. “Es Ella quien ha dado vida a todos los dioses; la que está en el origen de las cosechas y los árboles; quien llevó a los hombres de rudos espíritus a vivir en sociedad y los enseñó a unirse cada cual con su pareja”. (Ovidio).


5. Mayo (en latín “Maius“)

La etimología del nombre de este mes no está muy clara. Según unos autores fue Rómulo el que dedicó este mes a los mayores -maior-, que son los destinados al consejo de la ciudad, mientras que el siguiente mes de junio lo consagró a los jóvenes -junior-, que constituyen la otra parte de la población, apta para los deportes y los juegos.

Otros opinan que el nombre de este mes se debe a que está dedicado a la diosa MAYA, de la cual existen dos versiones: la griega y la romana. Según la primera, Maya es hija de Atlante y madre de Hermes. En este mes los mercaderes ofrecen sacrificios a la madre y al hijo, dios protector del gremio.

La interpretación romana nos dice que Maya era esposa de Vulcano, dios del fuego y los sacerdotes de este último veneraban a la diosa en las calendas de mayo.

Este mes se inicia con la fiesta celta de Beltane, con la que se reinicia el trabajo en la tierra. Para los pueblos mediterráneos es el mes en el que se exalta la floración de los campos en auténticos festivales de fecundidad. Se celebra también en este mes la festividad de Europa.


6. Junio (en latín “Iunius“)

Junio es el sexto mes y es llamado así por estar dedicado a los jóvenes, -junior-.

Según otra versión, este mes recibe su nombre de la diosa JUNO, hermana y esposa del dios Júpiter, ya que en las calendas de este mes fue edificado en Roma el templo en el que se ofrecían sacrificios y ofrendas a esta diosa.

Otra interpretación es que fue llamado así en memoria de Junio Bruto, el cual, en tiempos de Tarquino el Soberbio, fue expulsado del reino hasta que, vencido el tirano, fue proclamado en calendas primer cónsul de Roma por aclamación del pueblo y los senadores. Públicamente, y en nombre de la libertad, sacrificó en el Monte Celio en honor de la diosa Carna, considerada por los romanos como creadora de la vida humana.

El mes de junio no tiene excesivas fiestas, ya que el tiempo de siembra ha pasado y aún no es llegada la época de la siega o de la vendimia, pero un acontecimiento importante sucede en los cielos: el solsticio de verano o segunda puerta solsticial de Jano. Esta noche, conocida actualmente como de San Juan, todos los pueblos estallan en fiestas.


7. Julio (Quíntilis)

Como era el quinto mes en el antiguo calendario lunar de Rómulo, el mes de julio recibía el nombre de Quintilis. Desde Numa Pompilio fue denominado Septeno, hasta que Marco Antonio, cónsul romano, le dio el nombre de Julio en honor y reverencia de Julio César, que por entonces era dictador perpetuo, en recuerdo de que el emperador había nacido el undécimo día de este mes.

Julio es el mes consagrado a Atenea, la diosa guerrera cuyos atributos son la lanza, el escudo y la égida, pero a la vez diosa de la Razón y de la Filosofía. Consiguió el patronazgo de Atenas por haber introducido en el Ática el olivo y la industria del aceite. Construyó la mayor nave conocida hasta entonces, Argos, que condujo a los argonautas hasta Cólquide en busca del “Vellocino de oro”. Atenea es protectora de las ciudades y en Troya se la veneraba especialmente en la forma de un idolillo antiquísimo llamado Paladio, por lo que Ulises tuvo que robar dicha imagen para conseguir tomar la ciudad, que por la protección de Atenea era inexpugnable.

Atenea, virgen, es conocida como “la diosa de los ojos garzos” y en su honor se celebran en este mes las fiestas Panateneas.


8. Agosto (Sextilis)
En este mes, Marco Antonio y Cleopatra fueron vencidos por Octavio César, acabando todas las guerras civiles entre los romanos. Octavio entonces obtuvo la monarquía del mundo, que lo sojuzgó enteramente al Imperio de Roma.

Fue en este mes cuando Octavio entró triunfador en la capital del Imperio y por estatuto público le fue añadido el sobrenombre de Augusto, apelativo que tomaron todos los emperadores posteriores. Agosto, pues, deriva de Augusto.

El inicio de este mes rompe con una gran festividad céltica: la Lugnasad o fiesta de Lugm hijo de la diosa Don, fundador de ciudades como London, Lyon o Lugo, y que más tarde se encarnará en el personaje medieval de Lancelot.

Igualmente está dedicado este mes a la diosa Diana o Artemisa, protectora de las amazonas, y más tarde, de las brujas.


9. Septiembre (September)
Es el séptimo mes en la cuenta de Rómulo, de ahí su nombre de septiembre. Y entoces ¿Qué hace en el número 9?


10. Octubre (October)
Según el calendario antiguo, se trata del octavo mes. Y entoces ¿Qué hace en el número 10?


11. Noviembre (November)
recibe su nombre por ocupar el noveno lugar del calendario de Rómulo. Y entoces ¿Qué hace en el número 11?


12. Diciembre (December)
Recibe su nombre por ser el décimo mes en el antiguo calendario romano. Y entoces ¿Qué hace en el número 12?

Ahora revisemos los “días“:

Lunes
Del latín “dies lúnae” o “día de la luna”




Martes
Del latín “dies martis” o “día de marte”



Miércoles
Del latín “dies mercurii” o “día de mercurio”




Jueves
Del latín “dies iovis” o “día de júpiter”




Viernes
Del latín “dies veneris” o “día de venus”




Sábado
Del latín “dies saturni” o”día de saturno”



Ya que estamos hablando del tema, ¿recuerda DÓNDE ha visto este mismo símbolo?



*Simbología de los ADORADORES DEL DIOS SATURNO, y a la gente le VENDEN otra idea*

Domingo
Del latín “dies solis” o “día del sol”



*Más bien simboliza al SOL NEGRO, en vez del que usted creía*

TIEMPO : LA ATMÓSFERA DE LA MENTE



Así como el aire es la atmósfera del cuerpo, así el tiempo es la atmósfera de la mente.

Si el tiempo en el que vivimos consiste en meses y días irregulares estandarizados por minutos y horas mecanizadas, en eso se convierte nuestra mente: UNA IRREGULARIDAD MECANIZADA.

Ya que todo viene de la mente, no es de extrañarse que la atmósfera en la que vivimos diariamente se vea más contaminada y la gran queja sea: “no tengo suficiente tiempo“.

Recuerde:
Quien posee su tiempo, posee su mente.
Posea su propio tiempo y conocerá a su propia mente.


SIGNIFICADO DE LA FALSA FRECUENCIA 12:60



La falsa frecuencia 12:60 se refiere al calendario de 12 meses irregulares, artificiales, mecanizados y enfermizos, y a la hora de 60 minutos.

Irregulares, porque son Meses de 28, 29, 30 y 31 Días, divididos en 4 y 5 semanas.

Artificiales, porque sus nombres no hacen referencia a lo que en realidad mencionan.

Mecanizados y Enfermizos, porque nos hace vivir constantemente en un plano material pendientes de un reloj mecánico, sin tomar en cuenta nuestro reloj biológico o nuestro reloj Interno para Sincronizarnos con un Tiempo Natural.

Esta frecuencia ARTIFICIAL fue establecida para mantener la mente de la humanidad controlada, desfasada y totalmente desconectada del curso natural de las armónicas frecuencias de la Tierra y la naturaleza.

Usando el círculo mismo de doce en un plano liso, el reloj se duplicó de 12 a 24 horas y los grados de 30 a 60 minutos por hora.

Cuando se instaura este calendario se rompe la Armonía Yin y Yang, y quedamos con un Calendario Solar que suprime la parte Lunar.

El Calendario Solar es Masculino por lo cual debemos recuperar ahora lo Femenino, representado por la Luna.

Aquí fue donde el Gobierno, la Guerra y los Impuestos se Institucionalizaron en las Mentes Humanas y aquello de “El Tiempo es de la Mente ” se convirtió en “El Tiempo es Dinero“, lamentablemente para la Humanidad y el Planeta Tierra.


LA FRECUENCIA NATURAL 13:20

El lapso que transcurre en un ciclo completo de rotación de la Tierra alrededor del sol, dura exactamente 365 “días”. Y en un “Viaje alrededor del sol” (365 días) hay 13 lunas + 1 día fuera del tiempo: 28 x 13 = 364 + 1 = 365


Sólo si adoptamos el Calendario de 13 Lunas, de 28 días cada una, que transcurre en forma simultánea con el “Tzolkin” el Calendario Sagrado de los Mayas, basado en un Código de Frecuencia llamado 13:20, que significa 13 Tonos o Vibraciones Galácticas y 20 Frecuencias Solares, recuperaremos el aspecto Lunar.



Estos 13 Tonos corresponden a 13 Lunas Perfectas de 28 días cada una que corresponden al Ciclo Femenino.


Los 13 Tonos, formando una ONDA ENCANTADA



13 x 28 = 364 días, el día 365 para los Mayas es el Día Fuera del Tiempo, un Día de Ayuno de pensamientos negativos, meditando con el Gran Sol Central de la Galaxia que es llamado”Hunab-Ku“.



Al unísono estos 13 Tonos o Lunas están Vibrando en las 13 Articulaciones Mayores de nuestro Cuerpo, con los 20 Sellos Solares que están trabajando en los dedos de las manos y los pies, los Mayas decodificaron este número 20 como 0-19, ellos crearon el Cero y aplicaron el Sistema Binario con relación a nuestro Cuerpo. Por lo tanto reemplazar el nefasto Calendario Gregoriano por el de 13 Lunas es el Legado Pacífico, Creativo e Inteligente
para Toda la Humanidad.



VOLVIENDO A LA NOTICIA DEL PRINCIPIO

Considerando que hay 13 lunas en un “viaje alrededor del sol” (llamado “AÑO” en el gregoriano), nos damos cuenta que el “fenómeno” anunciado en el periódico sólo está dejando ver que el calendario gregoriano es el “fenómeno raro”. Es la cuenta gregoriana la que está trastornada y al no saberlo uno, da la impresión que 2 lunas llenas en un mes es ALGO DE LO QUE ASUSTARSE…y correr a la iglesia.

Lo que pasó, fue que el vaticano no hayó nada mejor para ESCONDER la verdad de las 13 Lunas que DESMEMBRANDO la número 13 y repartiendo sus pedazos en los restantes 12 meses. Por eso la irregularidad que nunca puede ser armonizada.

El viernes 13 de octubre de 1307 se ordenaba la detención de todos los templarios y el requisamiento de sus bienes -y posterior muerte-, por lo que surge la superstición de la MALA SUERTE DEL 13 (presente 2 veces en la fecha).



Los fines retorcidos del oscuro cristianismo usaron la superchería y el mito que el número 13 es de “MALA SUERTE“, asociándolo con las BRUJAS, los HECHICEROS y la MALDAD, ahuyentando a la gente del recuerdo del tiempo natural, cuando la humanidad agradecía a la Tierra y a la naturaleza por las cosechas y la vida, celebrando el número 13.

Si efectivamente el largamente MALDITO número 13 fuera DE MALA SUERTE…


¿Por qué no está exento de ser usado por el mismo vaticano?



Inocencio XIII



Benedicto XIII



Clemente XIII



Leon XIII

¿Por qué Gregorio XIII?




Gregorio XIII y el "carnero" BAPHOMET



Baphomet

¿Por qué la iglesia chilena tiene el Canal 13?




¡¡ Ojo con la UC illuminati !!





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