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23 sept 2011

Influencia de los continentes en las antiguas migraciones humanas y en la difusión de la tecnología

Guillermo Caso de los Cobos

Influencia de los continentes en las antiguas migraciones humanas y en la difusión de la tecnología

Vía: Science Daily | 19 de septiembre de 2011 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Investigadores de la Brown University y de la Stanford University han reconstruido las
migraciones humanas antiguas en América del Norte y del Sur. Los autores, que han publicado su trabajo en la revista American Journal of Physical Anthropology, encontraron que la tecnología se propagó más lentamente en las Américas que en Eurasia. Los grupos de población de las Américas realizaron intercambios de forma menos frecuente que los grupos que se dispersaron por Europa y Asia.

Cómo se dispersaron los seres humanos de hoy en día sobre el planeta, y cuál fue el ritmo de las tecnologías de cambio de civilizaciones que acompañaron a sus migraciones, son misterios perdurables. Los investigadores creen que los pueblos antiguos de Europa y Asia se movieron principalmente a lo largo de rutas este-oeste, aprovechando ventajosamente la similitud relativa del clima, permitiendo que los avances tecnológicos se propagaran rápidamente. Pero ¿qué pasa en América del Norte y del Sur, con su larga orientación norte-sur y su gran variabilidad climática? ¿Cómo se movió la gente y con qué rapidez han seguido las innovaciones sociales?

Los datos genéticos llevan la firma de las antiguas migraciones. Usando técnicas avanzadas de análisis genético los biólogos evolutivos de la Brown University y de la Stanford University estudiaron casi 700 lugares en el genoma humano que provienen de más de cinco docenas de poblaciones. Ellos adujeron que la tecnología se propagó más lentamente en las Américas que en Eurasia, y que la orientación de los continentes parece explicar la diferencia. Después de que los seres humanos llegaran a América entre 40.000 y 20.000 años atrás, los datos genéticos muestran que las poblaciones que migraron no interactuaron tan frecuentemente como los grupos de Eurasia.

"Si una falta de flujo de genes entre poblaciones es una indicación de una interacción cultural pequeña", escriben los autores en la revista American Journal of Physical Anthropology, "entonces una tasa baja latitudinal de flujo de genes, sugerida para las poblaciones de América del Norte, puede explicar en parte la relativamente lenta difusión de cultivos y tecnologías a través de las Américas, en comparación con la difusión correspondiente a Eurasia".

"Nuestra comprensión del poblamiento de las Américas será refinado por los datos arqueológicos y otras muestras genéticas", agregó Sohini Ramachandran (foto a la izquierda), profesora asistente de biología en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva en la Brown University y autor principal del artículo. "Pero esta es la firma de la migración que nosotros vemos a partir de los datos genéticos".



Para desentrañar los patrones de migración, Ramachandran y su colega Noah Rosenberg (foto de abajo), de la Stanford University, reunieron marcadores genéticos de 69 poblaciones indígenas de un total de 678 marcadores genéticos de Eurasia y América. El objetivo era estudiar la distribución de la variación genética entre las poblaciones. Las similitudes o diferencias en la composición genética de las poblaciones proporcionó a los científicos puntos de vista sobre las migraciones ocurridas hace mucho tiempo.

Para ilustrar esto: cuando una población se desprende de su grupo matriz, los individuos de la nueva población llevan consigo sus genomas y algunas mutaciones genéticas diferentes. A partir de ahí, la nueva población puede seguir siendo independiente del grupo principal
debido a la distancia u otros factores, y con el tiempo su composición genética se aparta de la de los padres. Sin embargo, si la nueva población se reúne regularmente con la población de sus padres -proceso conocido como "migración de regreso"- la composición
genética de las dos poblaciones sigue siendo relativamente cercana.

"Cuando las poblaciones no comparten inmigrantes entre sí muy a menudo", explica Rosenberg, "los patrones de variación genética se separan".

Armados con los antecedentes genéticos de las culturas que abarcan las Américas y Eurasia, los investigadores pudieron comprobar si la orientación este-oeste de Eurasia apoyó una rápida expansión de la agricultura y otras innovaciones de la sociedad, o que la difusión de estos avances fue más lento en las Américas debido a la orientación norte-sur.

Ellos encontraron que las poblaciónes de América del Norte y del Sur son, en su mayor parte, más diferentes entre sí que las poblaciones de Eurasia. La razón tiene que ver con las diferencias climáticas que los pueblos inmigrantes se encontraron en las Américas cuando se trasladaban de norte a sur.

"Era más difícil recorrer esas distancias, influenciados por el clima, de lo que era en Eurasia", dijo Ramachandran. "Hallamos grandes diferencias genéticas (en las poblaciones de las Américas) debido a la dificultad de la migración y al mayor desafío que suponía reunirse con las poblaciones vecinas".

"Nuestro resultado de que la diferenciación genética se incrementa más con la distancia latitudinal entre los nativos americanos que con la distancia longitudinal entre las poblaciones de Eurasia, apoya la hipótesis de una influencia primordial de los ejes de orientación continentales en la difusión de la tecnología en Eurasia y las Américas", escriben los autores.


1. mapuche. 2. shaman del Yenisei 3. Cherok