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24 ago 2009

Concepto que externo Federico García Godoy, sobre Lorenzo Despradel (Muley)


Concepto que externo Federico García Godoy, sobre Lorenzo Despradel (Muley)
Fuente.
Este es el prologo escrito por Federico García Godoy, en la obra de Lorenzo Despradel, (Muley), “PAGINAS” editado por la Imprenta Ideal, dirigida por Emilio García Godoy. La Vega, Rep. Dominicana, 1918
La personalidad intelectual de Lorenzo Despradel, observada serenamente en sus más acentuados aspectos, resalta en un todo merecedora de consciente encomios.
Todo el mundo conoce el seudónimo Muley con que han dado relativa notoriedad a su nombre literario. Desde muy joven, en plena alborada de ensueños e ilusiones, en la hora desdichadamente efímera en que el entusiasmo se dilata con ritmo apresurado en lo más íntimo de nuestra alma, sintió la atracción fascinante de los altos e imperecederos idealismos de libertad y de justicia que constituyen el verdaderos y luminosos puntos cardinales de nuestra vida moral.
Cerca muy cerca en Cuba, se lidiaba con simpar heroísmo para alcanzar una redención política que había constituido ya el sacro y fracasado ideal de la generación que lanzara el grito de independencia en los campos de Jara.
Y Lorenzo Despradel, cuando solo cantaba veinte años, vibrante de entusiasmo, fue allá, al ensangrentado teatro de combate homérico, y lidió en él con gentil bizarría hasta alcanzar merecidamente el grado de Comandante en el Ejército Cubano.
Le cupo la gloria de militar, en las horas más trágicas de la campaña, bajo las órdenes de Máximo Gómez, del gran caudillo que es para mi la última gran figura militar que cierra definitivamente el magno proceso de las guerras emancipadoras de América.
Lorenzo Despradel, reveló de muy temprano, que existía en él verdadera vocación literaria. Este soldado escritor encontró en el cultivo de las letras agradable y útil esparcimiento. Desde el primer momento descubrió dotes de seriedad, de reflexión, de cultura, propios de quienes por impulsión interior no se contentan con cosas superficiales y efímeras y buscan siempre terreno apropiados en que levantar construcciones mentales de positiva solidez.
Y a tales relevantes condiciones hay que agregar, como su necesario complemento, la posesión de un estilo que, sin ser extremadamente plástico y brillante, evidencia innegables cualidades de elegante sencillez, de claridad, precisión, sentido exacto de las proporciones y de otras cosas de indiscutible mérito literario.
Para convencerse de ello basta recorrer estas paginas bellas, amenas, y expresivas, de atractiva variedad, en que a cada instante se palpa que quien las ha producido es un verdadero escritor de muy encomiables excelencias intelectuales.