Recreación del niño hallado en la Cueva del Contrabandista (Marruecos). Foto: National Geographic
Vía: philly.com | Flaye Fam | 16 de junio de 2011 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
El año pasado, mientras un equipo de arqueólogos del Penn Museum (EE.UU) estaba trabajando en Marruecos, sus miembros descubrieron un tesoro que va más allá de lo que habían imaginado: el esqueleto de un niño de hace 108.000 años.
Ellos no saben todavía qué fue lo que lo mató a la edad de 8 años, pero sus restos creen que son de los más completos jamás encontrados de este período.
El esqueleto promete abrir una ventana en un momento crucial de la evolución humana, cuando los neandertales todavía gobernaban en Europa y los africanos estaban inventando el arte y el pensamiento simbólico.
Uno de los primeros lugares donde las personas dejaron evidencias de obras de arte y simbolismo ha sido en Marruecos, donde el equipo dirigido por Harold Dibble (foto a la izquierda) encontró el esqueleto del niño.
Fue uno de los estudiantes del equipo el primero en anunciar el hallazgo de un trozo de hueso del tamaño de una moneda, dijo Dibble, quien es curador del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania. Para sorpresa de todos, el hueso era parte de un extraordinario cráneo completo, y de la zona superior del cuerpo, de un niño que murió hace 108.000 años, tal como lo demuestran diversas técnicas de datación.
El trabajo fue financiado por National Geographic, cuyo canal de cable presentará un programa especial basado en el hallazgo, y con el título "El niño más antiguo del mundo".
Del análisis de los dientes, el equipo de Dibble estima que, él o ella, tendría 6 ó 8 años de edad. Dibble le otorgó el nombre de "Bouchra", que significa buenas noticias en árabe. Es un nombre femenino, pero desde entonces ha decidido que es más probable que haya sido un niño.
Restos hallados en la Cueva del Contrabandista. Arriba: una selección de herramientas. En medio: una mandíbula de gacela. Debajo: Un fragmento de cráneo humano y una mandíbula humana (ambos restos humanos no están a escala). Foto: Penn Museum
El equipo de Dibble aún no ha comunicado el hallazgo del cráneo a la comunidad científica, y tampoco los miembros del equipo han publicado artículos al respecto. Pero ellos dicen que será algo extraordinario. Los expertos están ansiosos de verlos publicados, con la esperanza de observar hacia atrás un periodo de la evolución tan crucial.
En ese momento del pasado, hace 108.000 años, el Homo sapiens moderno -gente que se parecía a nosotros- había surgido en África y comenzado a extenderse por el Próximo Oriente, mientras que los neandertales poblaban diversas partes de Eurasia. África se piensa que era un mosaico de los llamados Homo sapiens modernos, los cuales tenían un aspecto un poco diferente de los "humanos arcaicos".
"Esto encajará dentro del debate global sobre cómo, dónde y cuándo, los seres humanos modernos surgieron", dijo Dibble.
"El hallazgo se unirá a las escasas muestras de restos de homínidos en África a partir de ese período", manifestó el arqueólogo Curtis Marean (foto a la izquierda), de la Universidad Estatal de Arizona. "No sabemos mucho acerca de las poblaciones humanas en ese momento".
La corta edad del niño es también de interés científico, dijo. "Hasta donde yo sé, este es el primer joven de ese período de tiempo tan crucial".
Dibble declaró que había visto anteriormente a gente emocionarse ante la posible visión de un hueso, "y eso no es cualquer cosa". Esta vez su equipo había tenido suerte.
El yacimiento de Marruecos, llamado la Cueva del Contrabandista, fue el hogar de un grupo de individuos que comían conejos, gacelas y marisco, e hicieron algunas de las manifestaciones artísticas más antiguas del mundo en forma de collares de conchas, relató Dibble.
Foto: Localización de la Cueva del Contrabandista.
Foto: Exterior de la Cueva del Contrabandista.
La única evidencia anterior de manifestación artística es el uso de pigmentos de color ocre en el sur de Africa, advirtió. Los neandertales habían comenzado a enterrar a sus muertos en esa etapa temporal, pero no dejaron evidencia de cualquier forma de comunicación simbólica o artística.
El niño tenía dientes más grandes que los que una persona tendría hoy en día, una característica que también se observa en algunos de los primeros humanos modernos que se aventuraron a salir fuera de África. "Ellos se parecerían a nosotros, pero no serían exactamente como nosotros", subrayó Dibble.
Algunos piensan que es posible que la gente que acompañaba a este niño fuera parte de nuestros ancestros, gracias a los cambios climáticos que permiten a las personas moverse y mezclarse por todas partes de África.
Impresionado
El antropólogo Jean-Jacques Hublin (foto a la izquierda), quien ayudó a Dibble a caracterizar el cráneo, dijo que, a pesar de que la atención se había centrado siempre en el sur de África, el norte puede ser igual de importante.
"Puede ser que en lugar de un pequeño jardín del Edén en el sur de África, como origen de la población de los seres humanos, la situación fuera más complicada hace 100.000 años, con muchos otros grupos mostrando una evolución hacia lo que llamamos un comportamiento y una anatomía modernas", adujo Hublin, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, Alemania.
Una aspecto que impresionó a Hublin es que los collares de conchas de Marruecos y del sur de África están hechos de especies similares. "Es increíble pensar que, a pesar de una distancia de varios miles de kilómetros, los seres humanos habían desarrollado conductas que son muy similares".
El niño también puede ayudar a los científicos a entender mejor la evolución de la infancia humana, la cual es excepcionalmente larga. Las madres chimpancés amamantan a sus bebés hasta que tienen alrededor de cuatro años, señaló Hublin, pero, después de ese tiempo, los pequeños chimpancés pueden encontrar comida ellos mismos. "Los seres humanos tienen una estrategia completamente diferente", precisó, la cual requiere que los miembros de familias numerosas, o las tribus, ayuden a las mujeres y a sus hijos a estar alimentados. "La cuestión es: ¿este modelo surgió recientemente en el curso de la evolución humana, o es algo que es antiguo y emergió gradualmente?".
Hublin cree que los niños neandertal crecían más rápido, siendo equivalente en madurez un neandertal de 8 años a un humano moderno de 12 años. Ellos alcanzaban la pubertad antes y comenzaban a reproducirse a los 14 ó 15 años, afirmó.
Historia emergente
El antropólogo Erik Trinkaus (foto a la izquierda), de la Universidad de Washington, en St. Louis, dijo que no hay pruebas suficientes para saber, de un modo u otro, si los neandertales tenían una infancia prolongada al igual que nosotros. Trinkaus dijo que espera que el nuevo hallazgo revele si los individuos de este tiempo y lugar fueron humanos anatómicamente modernos u Homo sapiens arcaicos.
Los individuos arcaicos tenían características un poco diferentes, incluyendo arcos superciliares o ausencia de barbilla. Pero ellos pueden haber sido nuestros ancestros ya que estas poblaciones fueron capaces de cruzarse.
Y aunque él no ha visto el esqueleto del niño, sin embargo, piensa que podría contribuir al conocimiento del origen y primeros pasos de nuestra emergente historia humana. "Es un grupo de seres humanos que vivieron en una zona periférica del mundo, y, de algún modo, se adapataron a un entorno difícil", manifestó. Hubo neandertales que vivieron justo al otro lado del Estrecho de Gibraltar, en España, y algunas de las herramientas halladas en Marruecos se asemejan a las herramientas de neandertal de España.
Hublin no cree que la región sea necesariamente periférica. "Se ha hecho mucho hincapié en el sur de África, porque es donde teníamos los datos. Pero es como la historia de un hombre borracho que busca sus llaves: él no ve en la oscuridad".
Así que, tal vez, este niño podría añadir un poco de luz.