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Rosario Espinal
Socióloga
Sobre mí
Autora de los libros “Autoritarismo y Democracia en la Política Dominicana” y “Democracia Epiléptica en la Sociedad del Clic”, y de numerosos artículos sobre política dominicana publicados en revistas académicas en América Latina, Estados Unidos y Europa. Doctora en sociología y profesora en Temple University en Filadelfia, donde también ha sido directora del Departamento de Sociología y del Centro de Estudios Latinoamericanos.
Durante sus tres períodos de gobierno, el presidente Leonel Fernández se ha desdoblado constantemente entre su intelectualidad que le permite ver la dimensión global de los problemas socioeconómicos y políticos del país y del mundo, y el acomodaticio enfoque que mantiene en la política local.
En Madrid, la semana pasada, el Presidente nadaba en sus aguas de intelectual en la entrevista que sostuvo con el periódico El País. Su diagnóstico de las revueltas en Europa se resume en esta cita de Fernández: "Cuando en España se protesta por el efecto social que la crisis está teniendo, se comprende. Pero los responsables no son los que creemos. Los responsables han sido una fuerza invisible, una economía financiera global desregulada donde ha habido muchas complicidades, y nadie los ha enfrentado". Y agregó: "en un mundo que se había olvidado de los golpes de estado, lo que está ocurriendo en Grecia es un golpe de mercado" (El País, 17 de junio de 2011).
Estas ideas expresan una crítica, aún sea sutil, al capitalismo, los organismos internacionales, y las potencias económicas. Si la crítica emanara de Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa, sería una trompeta para algún tipo de acción contra el imperialismo capitalista. En Leonel Fernández, sin embargo, es un enunciado de corte académico.
Si su oficio fuera profesor universitario, sería entendible, pues su función sería identificar problemas y criticarlos. Pero Fernández es presidente de una nación que vive en el sistema capitalista global que él denuncia.
Sus planteamientos sonpropios del neopopulismo crítico del orden capitalista,pero formulados en tierras extranjeras no tienen un objetivo político local.
Por el contrario, en la República Dominicana, el presidente Fernández sigue las prescripciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha mantenido acuerdos con el Fondo durante los últimos siete años, y en estos momentosel gobierno promueve una nueva reforma fiscal con el propósito de estabilizar las finanzas públicas para que el país pueda seguir accediendo a los préstamos internacionales hasta que un día la deuda externa explote como sucede ahora en Grecia.
Es decir, Fernández ha sido parte de lo que él critica en los círculos internacionales, y en la República Dominicana nunca ha utilizado el discurso neopopulista para movilizar las masas, como si han hecho Chávez, Correa y Morales, independientemente de que se esté o no de acuerdo con las estrategias de estos líderes neopopulistas.
En términos simples, el populismo se caracteriza por la movilización de las masas en torno a una crítica al sistema. El populismo clásico latinoamericano lo encarnaron figuras como Lázaro Cárdenas en México y Juan Perón en Argentina en una lucha política entre las oligarquías y el pueblo. El término neopopulista se ha utilizado más recientemente en América Latina para referirse a líderes que tienen como eje ideológico la crítica al capitalismo global, sus instituciones financieras, y las consecuencias de sus políticas en la población.
República Dominicana nunca tuvo un líder populista que gobernara, y tampoco ha tenido una experiencia con el neopopulismo. Por eso llama la atención el uso que el presidente Fernández hace de la retórica neopopulista en foros académicos o mediáticos, no desde la fogosidad política como lo hacen Chávez, Correa y Morales.
Planteadas de forma profesoral, las declaraciones neopopulistasde Fernández no tienen impacto político en el país. Esto es consecuente con la política del gobierno de adhesión al capitalismo global, sus instituciones y prácticas económicas. Perono deja de sorprender que adopte una retórica que no practica desde el gobierno niorienta sus políticas públicas.