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4 ene 2012

Deuda pública en el 2011 y el engaño del PLD al país

Hipólito Mejía



4 Enero 2012, 12:33 PM
Deuda pública en el 2011 y el engaño del PLD al país
Escrito por: Hipólito Mejía (Candidato presidencial del PRD)
Uno de los argumentos más utilizados por Leonel Fernández, Danilo Medina y  los funcionarios del área económica del gobierno del PLD, es que durante mi administración los factores económicos se descontrolaron y que mi gestión (2000-2004) fue improvisada y, en sus propias palabras, desastrosa.
Descarto esa idea y sostengo que la crisis fue incubada durante la gestión de Leonel Fernández (1996-2000), quien la escondió y la sostuvo como un artefacto explosivo, a sabiendas de que su relación con el fraude bancario era innegable y dejando a mi administración ante el desafío de seguirla escondiendo y ser cómplice o denunciarla y someter a la justicia a los responsables, que finalmente fue lo que hice y de lo que me siento satisfecho.
Cuando estalló la crisis financiera internacional, en septiembre del 2008, en Estados Unidos primero y luego en Europa, todos tomaron la decisión de sostener el sistema de pagos, y de utilizar dinero público para garantizar la sobrevivencia del sistema financiero salvable, que fue lo que nosotros hicimos en el 2003. Fue una obra extraordinaria, que permitió la sobrevivencia del sistema financiero local, y su consolidación, pero que perjudicó al gobierno y al candidato del PRD en ese momento. El sacrificio se produjo, pero actuamos con responsabilidad.
Cuando mi administración terminó dejamos una deuda pública de 9,705 millones de dólares. Al terminar el 2011, ocho años después, el gobierno de Leonel Fernández y del PLD ha llevado el endeudamiento público, del Gobierno y del Banco Central, a la suma de 23,457 millones de dólares. Ha sido un endeudamiento irresponsable, que no ha permitido hacer frente a ningún problema nacional, que no ha ayudado a la producción, que ha permitido financiar los déficits del gobierno, precisamente para seguir haciendo lo que siempre han hecho: malgastar, enriquecerse ilícitamente, sin afrontar una sola de las grandes demandas nacionales en educación, alimentación, generación de empleos, producción, energía eléctrica o seguridad ciudadana.
Alguna gente todavía no lo ha entendido o no desea entenderlo: el Congreso para el progreso que se eligió en el 2010 fue para aplastar a las mayorías nacionales, para imponer un esquema clientelar y de favores para los dirigentes peledeístas y para aportar más poder al desmedido y ambicioso presidente, que usa los recursos públicos para satisfacer su egolatría y sus ansias de perpetuidad.
El tema del endeudamiento es clarísimo para entender la forma en que se ha manejado esta administración. Hace años que los teóricos de la economía, y en particular los del gobierno, utilizan el indicador de la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB). Con los años, fruto de la experiencia y los niveles de solvencia de las cuentas fiscales y externas, se ha ido construyendo un consenso sobre el nivel de deuda tolerable o peligroso. Los países de la Eurozona, mediante los acuerdos de Maastricht que posibilitaron la adopción del euro como moneda común, establecieron que para ser miembro de la Eurozono la deuda pública debía ser inferior al 60% del PIB. Ahora que muchos de ellos violaron el criterio de Maastricht para la deuda pública, la crisis de la deuda soberana en la Eurozona amenaza con llevar de nuevo al mundo a una fuerte recesión.
Para las economías emergentes, economistas del FMI sostienen que el nivel sostenible de la deuda pública no debe superar el 25% del PIB. Actualmente en la República Dominicana el nivel de la deuda pública consolidada, sin dejar fuera endeudamientos ocultos,  alcanzó 42% del PIB al final del 2011. Si eliminamos la sobrevaluación del PIB, la deuda pública llegaría a casi 50%.
La tendencia más amplia, entre los economistas, es a considerar un factor clave en relación con la deuda pública total: la proporción de los ingresos corrientes del Gobierno. Este indicador es importante porque pone en evidencia la carga sobre la capacidad del fisco de captar ingresos. Digamos qué es un indicador sobre la sostenibilidad de la deuda pública. Se dice que el valor crítico (deuda/PIB) para economías emergentes es de 250%. En la actualidad la deuda pública dominicana como proporción de los ingresos corrientes del Gobierno es 323%. Es decir, estamos muy mal.
Lo más preocupante, sin embargo, es el monto de los ingresos corrientes del Gobierno que anualmente tiene que destinarse al pago del servicio de la deuda pública, y sobre todo, al pago de los intereses.  En el 2011, el Gobierno tuvo que destinar el 40% de sus ingresos corrientes a servir la deuda pública.  Sólo para honrar el pago de los intereses, el Gobierno tuvo que destinar el 17.5% de sus ingresos corrientes, el más alto entre todos los países de Centroamérica y el Caribe,y el segundo más alto del Continente.
La opción que ha tomado el gobierno en los últimos años ha sido pagar deudas con endeudamiento,  el llamado refinanciamiento o “rollover”.  Si el monto de los vencimientos o amortizaciones a pagar alcanza 60,000 millones de pesos, el gobierno busca préstamos por ese monto y con los recursos obtenidos, paga los vencimientos. Bajo el acuerdo con el FMI, el Gobierno dominicano ha obtenido desembolsos de préstamos internos y externos muy superiores a los pagos de amortizaciones.  Eso explica el por qué la deuda pública ha aumentado como nunca antes en la historia dominicana y el por qué el Gobierno dominicano está teniendo que destinar más recursos, año tras año, al servicio de la deuda pública.
Ante el vendaval de préstamos que ha tomado el gobierno del PLD, nadie debería sorprenderse por la publicación,  el pasado 15 de septiembre,  del documento  “Un Enfoque de Intolerancia de Deuda Aplicado a Centroamérica, Panamá y República Dominicana”, elaborado por dos economistas del FMI, en el cual sostienen que República Dominicana, entre 36 países analizados,  es el país con mayor riesgo de incumplimiento de su deuda, debajo únicamente de Uganda. Uno de los autores de este documento es Geoffrey Bannister, el ex -segundo miembro de la misión del FMI que visitaba al país. Y como si esto fuera poco, quien autoriza la difusión del documento es Alejandro Santos, el jefe de la misión del FMI que supervisa el Stand-By con República Dominicana. 
El equipo de técnicos del Partido Revolucionario Dominicano me ha explicado que los economistas del FMI sugieren en su estudio que la República Dominicana debería reducir su deuda pública en 22.6% del PIB, es decir, en US$12,600 millones.  La sugerencia de esos economistas del FMI revela claramente el nivel de irresponsabilidad con que el gobierno del PLD ha manejado el delicado tema de la deuda pública.
Como se puede ver, estamos con el futuro empeñado, para que un grupo de aprovechados y desconsiderados llevan a sus anchas sus cuentas bancarias a costa del empobrecimiento del país.
Ya lo dije con mucha claridad en el encuentro de la Asociación de Industrias, en 1 de octubre del año pasado: el endeudamiento es para que lo pague el país, con sudor, lágrimas y sacrificios, y para que lo disfruten ahora los que se creen los reyes y señores de la nación. No puede ser.
“Toda esta entrada de dinero no vino acompañada de una mejora en la calidad del gasto público, sino todo lo contrario. El uso indiscriminado de esos recursos con fines proselitistas, el crecimiento desordenado y gigantesco de las nóminas y nominillas, el despilfarro y la corrupción han convertido al gobierno en una retranca para el desarrollo del país”. Eso dije y reitero ahora al iniciar el 2012.
Tengo la firme decisión de enderezar el país por el camino de la institucionalidad y el respeto, por el compromiso que hemos hecho de transparencia y de castigo de todas las formas de corrupción que se han reinventado y reiterado en los gobiernos del PLD. Conociendo todas las argucias y artimañas que se han puesto en práctica será posible desentrañarlas y combatirlas, y eso es lo que haré desde que llegue a la presidencia de la República.