Hoy/Wilson Morfe
7 Enero 2012, 10:20 PM
Galantería fiscal
El PRD reorientaría el gasto, aumentando la inversión pública
Escrito por: JOSÉ LOIS MALKUN
Varios economistas anticiparon que el gobierno tenía listo un nuevo paquetazo fiscal. En la pasada semana Jaime Aristy Escuder dio la primicia, Apolinar Veloz la respaldó y el Senador peledeísta Tommy Galán la confirmó, aunque después trató de desmentir.
Pero hay algunos puntos que deben ser aclarados. En primer lugar, esa reforma está realmente planeada y se aprobaría en la transición si Danilo Medina ganara las elecciones, algo casi improbable. Todo se fundamenta en que el gobierno del PLD jamás ajustaría el descalabro presupuestario del 2012 por la vía del gasto, haciendo lo único que sabe hacer con mucha eficiencia: lanzar otro paquetazo fiscal para cubrir sus desafueros electorales.
En segundo lugar, Galán habla de que esa reforma está contemplada en la END y es demandada por el empresariado, lo que es una galantería nada creíble ya que su único propósito es buscar dinero adicional, cueste lo que cueste, para cubrir el desmadre presupuestario que causará la costosa campaña electoral para impulsar a su candidato. Un candidato, que roza el 40% de las simpatías del electorado y está detrás del candidato del PRD por 13 puntos. 
En tercer lugar, si gana Hipólito Mejía, como todo indica, ese paquetazo fiscal jamás pasaría salvo que sea una verdadera reforma integral consensuada con todos los sectores del país y después que el nuevo gobierno se instale. Dicha reforma no significará necesariamente aumentos de las recaudaciones sino que estaría centrada en readecuar la estructura impositiva y hacerla más eficiente y equitativa en pro del desarrollo nacional.  
¿Pero cómo se las arreglará el Gobierno de Hipólito Mejía para salir de ese atolladero presupuestario y los déficit acumulados, sin mayores ingresos fiscales? Con austeridad y una drástica eliminación de los despilfarros y la corrupción con fondos públicos. Si a eso le agregamos una mayor transparencia en la administración del quehacer institucional, incluyendo las contrataciones de obras y compras de bienes y servicios, el ahorro obtenido podría alcanzar hasta un 1.7% del PIB o el equivalente a RD$40,000 millones anuales. Eso es mucho más dinero que lo generado por cualquier reforma fiscal.  
Pero también el PRD reorientaría el gasto, aumentando la inversión pública en pequeñas y medianas obras para generar empleos y dinamizar la economía de muchas zonas del país que están prácticamente moribundas por el abandono gubernamental. 
Eso jamás lo haría el PLD, porque es algo que está contra su propia naturaleza. La solución la buscarían, como lo han hecho en cinco ocasiones en los últimos siete años, aumentando los impuestos para seguir usando el presupuesto como el instrumento proselitista por excelencia para perpetuarse en el poder. Lo mismo haría con la inversión, concentrándola en grandes obras que dan jugosas comisiones.
Esa son las grandes diferencias sobre la que los dominicanos deben reflexionar.
Pero hay otras diferencias importantes, que tienen que ver con lo sectorial. Por ejemplo, Hipólito acabaría de una vez por todas con el relajo y la vagabundería que fomenta el Ministerio de Agricultura, en contubernio con las altas instancias del poder político, a través de las importaciones masivas de alimentos y materias primas, lo que ha conducido a la casi extinción del sector agropecuario. Y a la educación le daría un impulso inédito asignándole el 4% del PIB, lo que jamás sucederá con ningún candidato del PLD, aunque lo prometa.
Esas heroicas medidas le darían al país nuevos bríos y esperanzas, evitando esa catástrofe económica que muchos vaticinan después de las elecciones de mayo. Y lo mejor de todo es que las revelaciones a partir de agosto nos liberaran de la oscuridad y enterrarán muchos mitos y mentiras