La desaparición de los elefantes en la tierra de Israel, hace 400.000 años, pudo haber dado lugar al nacimiento del hombre moderno
Vía: AURORA-ISRAEL| 15 de diciembre de 2011
Los investigadores, que el año pasado registraron el sorprendente descubrimiento de los dientes humanos modernos en la cueva Qesem cerca de Tel Aviv, anterior en 200.000 años al Homo sapiens de África, proponen ahora una reconstrucción de las circunstancias que condujeron a su surgimiento, en particular en Oriente Medio y hace 400.000 años en concreto.
Foto: Aspecto parcial de la cueva Qesem
Foto: Piezas dentales de Homo sapiens halladas en la cueva Qesem
Su ensayo, "Man the Fat Hunter: The Demise of Homo erectus and the Emergence of a New Hominin Lineage in the Middle Pleistocene (ca. 400 kyr) Levant" / "El hombre cazador de grasa: La desaparición del Homo erectus y el surgimiento de un linaje homínido nuevo en el Pleistoceno Medio (hace 400.000 años) en Oriente Medio-", fue publicado el pasado viernes en la revista científica PLoS One.
"Todo está en la dieta", explican el Dr. Ran Barkai y los investigadores, Miki Ben-Dor, Avi Gopher eIsrael Hershkovitz, de la Universidad de Tel Aviv (TAU), en un documento que reta al conocimiento común respecto a la dieta humana antigua y las circunstancias que conducen hacia los cambios biológicos y culturales en la evolución humana.
"Todo está en la dieta", explican el Dr. Ran Barkai y los investigadores, Miki Ben-Dor, Avi Gopher eIsrael Hershkovitz, de la Universidad de Tel Aviv (TAU), en un documento que reta al conocimiento común respecto a la dieta humana antigua y las circunstancias que conducen hacia los cambios biológicos y culturales en la evolución humana.
Foto: Equipo de la Universidad de Tel Aviv en la cueva Qesem. Sentado a la izquierda está el Dr. Ran Barkai, y a su lado el profesor Avi Gopher.
La desaparición de los elefantes antes de los humanos modernos
Los investigadores afirman que huesos de elefantes con marcas de cortes y roturas, que indican su consumo como alimento por el Homo erectus, fueron encontrados en muchos lugares de la cultura Achelense, que es la cultura asociada, en todo el mundo, con el Homo erectus.
En contraste con su abundancia en el Achelense (aproximadamente de hace 1,5 millones a 400.000 años en el Medio Oriente), no fueron encontrados restos de elefantes en sitios pertenecientes a las culturas posteriores en Oriente Medio, comenzando hace 400.000 años.
Un análisis de los conjuntos óseos de Guesher B'not Yaakov (sitio achelense de hace 800 mil años) mostró que el elefante era un animal muy importante en la nutrición de los Homo erectus, proporcionándole aproximadamente el 60% de sus calorías de origen animal. Se hizo evidente entonces que la desaparición del elefante, un animal de enorme valor calórico, fue una enorme carga para el Homo erectus, que se vio obligado a cazar animales más pequeños con el fin de compensar la pérdida de carne y grasa.
Después de confirmar la importancia de los elefantes para la nutrición del Homo erectus en el Medio Oriente, los investigadores revisaron las circunstancias de la evolución de los humanos modernos en África. Se dieron cuenta de que, efectivamente, también los elefantes africanos desaparecieron de los sitios arqueológicos, y que su desaparición de los lugares achelenses precedió a la aparición de los humanos modernos. En África, sin embargo, el proceso tuvo lugar 150.000 años más tarde que en el Medio Oriente. Los investigadores, por lo tanto, concluyeron que hay una conexión entre la desaparición de los elefantes y la aparición de los humanos modernos, algo que no se había sugerido anteriormente.
En contraste con su abundancia en el Achelense (aproximadamente de hace 1,5 millones a 400.000 años en el Medio Oriente), no fueron encontrados restos de elefantes en sitios pertenecientes a las culturas posteriores en Oriente Medio, comenzando hace 400.000 años.
Un análisis de los conjuntos óseos de Guesher B'not Yaakov (sitio achelense de hace 800 mil años) mostró que el elefante era un animal muy importante en la nutrición de los Homo erectus, proporcionándole aproximadamente el 60% de sus calorías de origen animal. Se hizo evidente entonces que la desaparición del elefante, un animal de enorme valor calórico, fue una enorme carga para el Homo erectus, que se vio obligado a cazar animales más pequeños con el fin de compensar la pérdida de carne y grasa.
Después de confirmar la importancia de los elefantes para la nutrición del Homo erectus en el Medio Oriente, los investigadores revisaron las circunstancias de la evolución de los humanos modernos en África. Se dieron cuenta de que, efectivamente, también los elefantes africanos desaparecieron de los sitios arqueológicos, y que su desaparición de los lugares achelenses precedió a la aparición de los humanos modernos. En África, sin embargo, el proceso tuvo lugar 150.000 años más tarde que en el Medio Oriente. Los investigadores, por lo tanto, concluyeron que hay una conexión entre la desaparición de los elefantes y la aparición de los humanos modernos, algo que no se había sugerido anteriormente.
La caza de animales pequeños y nuevas habilidades
En un intento de comprender plenamente el sentido que la desaparición de los elefantes podría haber tenido para el Homo erectus en términos de consumo de calorías, los investigadores construyeron un modelo bio-energético de la alimentación de los homínidos. Una conclusión importante es que el Homo erectus era dependiente de una cantidad significativa de grasa animal para su supervivencia.
Se sabe que los seres humanos están limitados en la cantidad de proteína que se puede procesar como energía y otros investigadores han señalado una limitación en la digestión de los alimentos vegetales no cocinados. En ausencia de evidencia del uso habitual del fuego durante el Achelense, en el presente trabajo los investigadores llegan a la conclusión inevitable de que el Homo erectus tenía que completar su alimentación con una cantidad significativa de grasa animal.
Entender la dependencia de los Homo erectus de la grasa animal descubre otro aspecto de la presión evolutiva causada por la desaparición de los elefantes. Tales animales tienen mayor cantidad de grasa, en relación con su peso corporal, que los animales más pequeños y a diferencia de éstos pierden muy poca grasa durante las estaciones secas.
Los investigadores dicen que la vida para el Homo erectus durante los veranos, después de la desaparición de los elefantes, fue sombría. El análisis de los cambios anatómicos, morfológicos y culturales, por los que la humanidad moderna pasó, muestra una adaptación a la caza de una mayor cantidad de animales más pequeños.
También hicieron posible el desarrollo de habilidades sociales y tecnológicas más sofisticadas, tales como la caza en grupo, compartir la comida, el control del fuego y la producción de herramientas de piedra, lo que permite mejor aprovechamiento energético de un mayor número de animales más pequeños.
En un intento de comprender plenamente el sentido que la desaparición de los elefantes podría haber tenido para el Homo erectus en términos de consumo de calorías, los investigadores construyeron un modelo bio-energético de la alimentación de los homínidos. Una conclusión importante es que el Homo erectus era dependiente de una cantidad significativa de grasa animal para su supervivencia.
Se sabe que los seres humanos están limitados en la cantidad de proteína que se puede procesar como energía y otros investigadores han señalado una limitación en la digestión de los alimentos vegetales no cocinados. En ausencia de evidencia del uso habitual del fuego durante el Achelense, en el presente trabajo los investigadores llegan a la conclusión inevitable de que el Homo erectus tenía que completar su alimentación con una cantidad significativa de grasa animal.
Entender la dependencia de los Homo erectus de la grasa animal descubre otro aspecto de la presión evolutiva causada por la desaparición de los elefantes. Tales animales tienen mayor cantidad de grasa, en relación con su peso corporal, que los animales más pequeños y a diferencia de éstos pierden muy poca grasa durante las estaciones secas.
Los investigadores dicen que la vida para el Homo erectus durante los veranos, después de la desaparición de los elefantes, fue sombría. El análisis de los cambios anatómicos, morfológicos y culturales, por los que la humanidad moderna pasó, muestra una adaptación a la caza de una mayor cantidad de animales más pequeños.
También hicieron posible el desarrollo de habilidades sociales y tecnológicas más sofisticadas, tales como la caza en grupo, compartir la comida, el control del fuego y la producción de herramientas de piedra, lo que permite mejor aprovechamiento energético de un mayor número de animales más pequeños.
Foto: Réplica de una escama minúscula utilizada para experimentar el corte de la carne.
La evidencia de tales conductas fue encontrada en la cueva Qesem y publicadas en artículos anteriores. Los cambios morfológicos, como un peso más ligero y un alargamiento relativo de las extremidades inferiores, contribuyeron a mejorar la agilidad de los humanos modernos y a tener una locomoción más eficiente.
Además de ser el primer intento de explicar las razones de la evolución de los seres humanos modernos, este estudio también cuestiona el paradigma de investigación "Out of Africa", dominante en la evolución del Homo sapiens en las últimas décadas.
En los últimos años este paradigma ha sido cuestionado por los nuevos descubrimientos de Europa, China y otras localidades. Estos son ahora el escenario para una nueva comprensión de la historia humana en general y la aparición de los humanos modernos, en particular.
La evidencia de tales conductas fue encontrada en la cueva Qesem y publicadas en artículos anteriores. Los cambios morfológicos, como un peso más ligero y un alargamiento relativo de las extremidades inferiores, contribuyeron a mejorar la agilidad de los humanos modernos y a tener una locomoción más eficiente.
Además de ser el primer intento de explicar las razones de la evolución de los seres humanos modernos, este estudio también cuestiona el paradigma de investigación "Out of Africa", dominante en la evolución del Homo sapiens en las últimas décadas.
En los últimos años este paradigma ha sido cuestionado por los nuevos descubrimientos de Europa, China y otras localidades. Estos son ahora el escenario para una nueva comprensión de la historia humana en general y la aparición de los humanos modernos, en particular.
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Foto: Aspecto parcial de la cueva Qesem
No puede negarse que los arqueólogos israelíes de la cueva Qesem se han esmerado y han proporcionado una teoría sobre la desaparición del Homo erectus y la aparición de los primeros Homo sapiens en Oriente Próximo de lo más original y novedoso. Y no sólo eso, sino que, con la misma, vuelven a poner seriamente en solfa la teoría "Out of Africa" al reafirmar un origen para los sapiens en la zona del Levante mediterráneo.
Ya veremos con el tiempo cómo se recepciona tal hipótesis interpretativa, pero, por lo que podemos en leer en la versión completa de PlosOne, no cabe duda que la misma se apoya en fuertes fundamentos, y, además, de algún modo debe encontrarse respuesta adecuada a la antigüedad de las piezas dentales y herramientas encontradas en esta emblemática cueva Qesem.
Tal como declara el Dr. Barkai a Hareetz.com, "Hay una serie de escenarios posibles que deben ser estudiados, entre ellos que el hombre moderno se desarrolló por separado y en distintos períodos, aquí y en África, o que tal vez el hombre llegó a África a partir de nuestra región".
O sea, toda una vuelta del revés del paradigma científico hasta ahora asumido de forma mayoritaria.