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23 dic 2011

La más antigua localización cartográfica de Tartessos


La más antigua localización cartográfica de Tartessos.
Por Georgeos Díaz-Montexano
En la foto: detalle ampliado de la parte donde se lee el nombre de Tartesos (con una sola sigma) escrito en caracteres griegos. Más abajo (No se ve en esta foto) se halla el símbolo de ciudad amurallada y más espacio del territorio como tal... (Códice atribuido a un autor bizantino que copiaría mapas de tradición Ptolemaica o haría una reconstrucción siguiendo los manuscritos atribuidos a Ptolomeo. Se conserva actualmente en Londres).
Hice una pequeña paradita por mi perfil de facebook para adelantar a mis lectores uno de mis últimos descubrimientos (que saldrá más detallado con claras ilustraciones en mi libro)… Me refiero a la identificación de la ciudad de Tartessos que he hallado en uno de los más antiguos mapas medievales bizantinos (copia de otro más antiguo de origen greco-latino clásico) que actualmente se conserva. Increíblemente, a pesar de ser conocido por no pocos especialistas, fundamentalmente ingleses, nadie -hasta dónde he podido llegar- había advertido este hecho, o le había dado importancia alguna (lo más probable). Un hecho que, además, es totalmente contradictorio con la exclusiva atribución del origen mismo del mapa, el cual siempre se ha creído ser una copia de principios del siglo XIV de los conocidos mapas o cartas geográficas de Ptolemeo o Ptolemaios (Κλαύδιος Πτολεμαῖος), o realizados según las descripciones del mismo, que se hicieron en Bizancio entre finales del siglo XIII y principios del XIV.
Después de analizar tan arcaico mapa y la toponimia de la parte de Iberia que aparece en el mismo, especialmente la de la zona objeto de interés de mis investigaciones, Andalucía y Mauritania (Marruecos), toda escrita en griego bizantino, y de hallar la ciudad de Tartessos perfectamente representada con un símbolo de ciudad amurallada o con torres (aunque no muy grandes, quizá por acomodarla al espacio donde es enclavada), y con su nombre escrito en caracteres griegos, no tengo ya duda alguna de que no se trata de una mera copia temprana de las cartas o tabulas de Ptolemeo, sino de un mapa, que aunque se basa en Ptolemeo, también aporta datos inexistentes en su obra, pero presentes en otros autores anteriores.
Muy probablemente se trate de un mapa de un autor romano del siglo II o III que se basó en Estrabón y Ptolemeo, y quizá también en Artemidoro, o bien un autor posterior al siglo V que pudo haberse basado, además, en las descripciones de Avieno; siglos después el mapa sería copiado o reconstruido y traducido al griego por algún monje erudito bizantino. Mi principal baza para defender un origen romano la hallo en la misma transcripción griega del nombre de Tartessos, que en vez de mantener la archiconocida grafía griega de origen anatolio-egeo con doble sigma (ss) lo hace con una sola, siguiendo pues la costumbre latina, o sea, Tartesos en vez de Tartessos.
En cualquier caso, me ha sorprendido muy gratamente que la localización de Tartessos sea justamente la que vengo defendiendo desde hace tiempo y que adelanté -en parte- a principios del pasado año ante el diario “El País”, cuando la entrevista que me hicieron (Lidia Jiménez, Enero del 2010) por lo del documental de National Geographic Society sobre la Atlántida en Andalucía, dado que siempre he intuido que la legendaria Tartessos pudo erigirse relativamente próxima al lugar de la desaparecida metrópolis de Atlantis, e imitando en gran medida su patrón urbanístico-arquitectónico circular, y hasta el hecho mismo de situarse también sobre una isla, tal y como se dice de la metrópolis de Atlantis y de la propia ciudad de Tartessos.
Incluso esta localización o identificación cartográfica antigua viene a reafirmar también una de mis más polémicas hipótesis sobre el origen y naturaleza de una gigantesca columna (desde hace siglos semi sumergida en el mar) que fue construida con piedras variadas, entre ellas gossan de las minas de Río Tinto (Rocas rojas extraídas de yacimientos que en sus niveles más profundos son ricos en oro y plata); aunque este monumento siempre se ha tenido como restos de alguna torre medieval destruida por los temporales…
El caso es que, haya sido el autor original romano (o griego), el que incluyó el nombre de Tartesos (con una sola sigma) en un mapa que si solamente hubiera seguido a Ptolemeo no podría tenerlo -por cuanto este autor jamás mencionó a la célebre ciudad- o bien haya sido el copista medieval bizantino de finales del siglo XIII o principios del XIV el que decidió incluirla, en cualquiera de los casos estaríamos igualmente ante la más antigua localización e identificación cartográfica conocida de la ciudad de Tartessos, algo que –repito- jamás antes he visto señalado por ningún otro investigador.
Sólo necesitaríamos realizar un par de excavaciones en terreno y también unas pequeñas inmersiones (restos de edificaciones, pilares o columnas y sillares, tengo localizadas justo en frente) para demostrar la tesis, pero después de más de una década de estudios reuniendo fuentes primarias documentales desde textos asirios, griegos, latinos, fenicios y hasta egipcios sobre Tartessos y mapas antiguos, no conozco mejor guía para encontrar la tan buscada ciudad de Tartessos que la que este viejo mapa medieval de posible origen grecolatino clásico con la más antigua representación de Tartessos conocida, precisamente nos ofrece…
Pero bueno, mejor no nos hacemos demasiadas ilusiones, que teniendo en cuenta que jamás he conseguido ni el más mínimo apoyo ni financiero ni institucional para mis investigaciones, sino todo lo contrario (fuerte oposición y burla, cuando no plagio), supongo que habrá que esperar a que de nuevo vengan a España Mr. Fraudend (perdón Mr. Freund), desde el neo imperio Obámico de USA, junto con sus secuaces españoles onubenses, para que se vuelvan a apoderar de mis hallazgos e hipótesis y así la “descubra” él solito -con su equipo de ayudantes- por si mismo, gracias a su gran clarividente inteligencia y gran experiencia y sabiduría en todo lo relativo a la Historia Antigua de Iberia, de la Atlántida y de Tartessos, y de la paleografía, codicología, y lenguas antiguas como el griego, el latín y el egipcio, entre otras muchas más, y todo ello sin necesidad de mencionar (ni siquiera en los más ilegibles y fugaces créditos finales) a nadie más que a Él mismo, y por supuesto, previa filmación de otro sustancioso documental auspiciado por National Geographic…
En fin, que ya tendréis oportunidad de ver todo esto con más detalle en el libro… Aunque quizás me anime y os deje ver algo más antes… Ya veremos…