Tiene un Plan A , un Plan B y no dudo que un C
El bunker de Leonel
Leonel creó un bunker de hormigón armado con capas de acero, resistente para que la justicia no lo toque nunca, y poder regresar al gobierno en el año 2016
Con frecuencia el viejo dirigente político Rafael -Fafa- Taveras dice que Leonel Fernández se “ha blindado” para garantizar su permanencia en el poder más allá del 16 de mayo del 2012 cuando deberá entregarle las riendas del Estado al nuevo presidente de la República, que todo parece indicar será Hipólito Mejía.
Con Hipólito de presidente por segunda vez, la historia parece repetirse, esta vez no como comedia, sino como tragedia para quienes han depredado los bienes del país desde las funciones públicas que han ocupado por más de ocho años.
Durante el período 2000-2004 muchos funcionarios de Leonel fueron sometidos a la justicia. Algunos terminaron en la cárcel aunque por poco tiempo. El propio Leonel debió presentarse ante los tribunales. Al final la impunidad se impuso. No se hizo justicia como lo reclamaba el país.
Las encuestas del año 2000 dicen que un 80% de la población quería que los corruptos, sin distinción, fueran sometidos y condenados. Pero faltó coraje. El miedo a la gobernabilidad se impuso.
Cuatro años como presidente de la República y ocho en la oposición, sirven para una carrera universitaria y por lo menos tres maestrías. A esa experiencia hay que agregarle los años. El Hipólito de hoy, no es el mismo del 2000 cuando tenía 58.
Para evitar momentos desagradables en la oposición, Leonel se ha blindado controlando todos los poderes del Estado incluyendo los fácticos como la prensa, la iglesia y una parte de la sociedad civil. Esos poderes los ha comprado. La inversión ha sido cuantiosa. No en balde el déficit del año que recién termina es de 60 mil millones de pesos.
Leonel no solo se protege a sí mismo; también protege a su gente, socios y relacionados en la tarea de quebrar el país mientras ellos se enriquecen salvajemente.
Alrededor de la justicia el Presidente Fernández ha construido un búnker similar a la “Línea Maginot” que levantaron los franceses entre 1927 y 1936 a lo largo de la frontera con Alemania o el que construyeron los Nazis en a lo largo de la costa francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
El presidente Fernández no confió en los jueces de la Suprema Corte como Subero Isa y Papi Luciano, entre otros, a pesar de su colaboración con el Gobierno con sus decisiones por más de ocho años. Leonel pensó que el fortín de Subero, levantado en 14 años, no era lo suficientemente sólido para soportar los misiles de Hipólito desde el poder.
Era preciso que las llamadas “Altas Cortes” estuvieran a su servicio para lo cual había que escoger jueces incondicionales incapaces de dictar una sentencia en contra suya o de los suyos.
Leonel creó un bunker de hormigón armado con capas de acero, resistente para que la justicia no lo toque nunca, y poder regresar al gobierno en el año 2016.
Apoyado en el Pacto de las Corbatas Azules que firmó con Miguel Vargas, sin que la dirección del Partido Revolucionario Dominicana que presidía Ramón Alburquerque lo discutiera y aprobara.
Leonel logró una Constitución a su medida, lo que le ha permitido acumular un enorme poder sin violar la ley. Gracias al Pacto de las Corbatas Azules el presidente Fernández ha legitimado el control de los poderes del Estado. (Leonel es hoy el hombre más rico y poderoso del país).
El último acto del Pacto de las Corbatas Azules es la “elección” de los jueces que integran las “Altas Cortes”, criticado por el candidato Hipólito Mejía y bendecido por el presidente de facto del PRD, Miguel Vargas.
(En el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) parecen haber dos líneas de mando, la que proviene del candidato Hipólito Mejía que representa más del 98% de los perredeístas que quieren volver al poder, y la que encarna Miguel Vargas en representación de sus intereses que parecen ser los del gobierno de su socio Leonel Fernández).
Los jueces seleccionados, salvo raras excepciones, son el resultado de las negociaciones secretas, donde siempre sale beneficiado Leonel Fernández, no el PRD ni el país.
Con mayoría de jueces en la Suprema Corte, en el Tribunal Superior Electoral y en el Constitucional, no habrá manera de enjuiciar a los depredadores del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Los presidentes de los tres órganos superiores de la justicia jamás firmarán una sentencia que perjudique a los integrantes de la corte del presidente Fernández, ni al propio mandatario. Para eso fueron escogidos.
La elección por seis años de los alcaldes, regidores, diputados, senadores, miembros de la Cámara de Cuentas y de otros estamentos, como la justicia, es el resultado de un plan minuciosamente diseñado y puesto en marcha para que Leonel continuara en el poder hasta el año 2016 cuando pretende volver al Palacio Nacional.
Ahora Leonel hace esfuerzos para imponer un presidente títere, como lo hizo Trujillo más de una vez. Danilo Medina no era el hombre ideal para sustituirlo porque no le merece confianza por más que lo intente.
Ante esa realidad, impuso a su mujer que es la extensión de su poderoso brazo. Y no dudemos que ante cualquier eventualidad ella sustituya al candidato, un hombre sin carácter y sin coraje.
Leonel tiene un Plan A y un Plan B. No dudo que tenga un Plan C.
Un plan por si el presidente es Hipólito Mejía, como lo dicen las encuesta y el pueblo. Y un plan por si el presidente es Danilo Medina, algo poco probable. Habría que robarse las elecciones y provocar un baño de sangre que arruinaría la imagen de civilista democrático que Leonel le ha vendido al mundo.
Con Hipólito de presidente por segunda vez, la historia parece repetirse, esta vez no como comedia, sino como tragedia para quienes han depredado los bienes del país desde las funciones públicas que han ocupado por más de ocho años.
Durante el período 2000-2004 muchos funcionarios de Leonel fueron sometidos a la justicia. Algunos terminaron en la cárcel aunque por poco tiempo. El propio Leonel debió presentarse ante los tribunales. Al final la impunidad se impuso. No se hizo justicia como lo reclamaba el país.
Las encuestas del año 2000 dicen que un 80% de la población quería que los corruptos, sin distinción, fueran sometidos y condenados. Pero faltó coraje. El miedo a la gobernabilidad se impuso.
Cuatro años como presidente de la República y ocho en la oposición, sirven para una carrera universitaria y por lo menos tres maestrías. A esa experiencia hay que agregarle los años. El Hipólito de hoy, no es el mismo del 2000 cuando tenía 58.
Para evitar momentos desagradables en la oposición, Leonel se ha blindado controlando todos los poderes del Estado incluyendo los fácticos como la prensa, la iglesia y una parte de la sociedad civil. Esos poderes los ha comprado. La inversión ha sido cuantiosa. No en balde el déficit del año que recién termina es de 60 mil millones de pesos.
Leonel no solo se protege a sí mismo; también protege a su gente, socios y relacionados en la tarea de quebrar el país mientras ellos se enriquecen salvajemente.
Alrededor de la justicia el Presidente Fernández ha construido un búnker similar a la “Línea Maginot” que levantaron los franceses entre 1927 y 1936 a lo largo de la frontera con Alemania o el que construyeron los Nazis en a lo largo de la costa francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
El presidente Fernández no confió en los jueces de la Suprema Corte como Subero Isa y Papi Luciano, entre otros, a pesar de su colaboración con el Gobierno con sus decisiones por más de ocho años. Leonel pensó que el fortín de Subero, levantado en 14 años, no era lo suficientemente sólido para soportar los misiles de Hipólito desde el poder.
Era preciso que las llamadas “Altas Cortes” estuvieran a su servicio para lo cual había que escoger jueces incondicionales incapaces de dictar una sentencia en contra suya o de los suyos.
Leonel creó un bunker de hormigón armado con capas de acero, resistente para que la justicia no lo toque nunca, y poder regresar al gobierno en el año 2016.
Apoyado en el Pacto de las Corbatas Azules que firmó con Miguel Vargas, sin que la dirección del Partido Revolucionario Dominicana que presidía Ramón Alburquerque lo discutiera y aprobara.
Leonel logró una Constitución a su medida, lo que le ha permitido acumular un enorme poder sin violar la ley. Gracias al Pacto de las Corbatas Azules el presidente Fernández ha legitimado el control de los poderes del Estado. (Leonel es hoy el hombre más rico y poderoso del país).
El último acto del Pacto de las Corbatas Azules es la “elección” de los jueces que integran las “Altas Cortes”, criticado por el candidato Hipólito Mejía y bendecido por el presidente de facto del PRD, Miguel Vargas.
(En el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) parecen haber dos líneas de mando, la que proviene del candidato Hipólito Mejía que representa más del 98% de los perredeístas que quieren volver al poder, y la que encarna Miguel Vargas en representación de sus intereses que parecen ser los del gobierno de su socio Leonel Fernández).
Los jueces seleccionados, salvo raras excepciones, son el resultado de las negociaciones secretas, donde siempre sale beneficiado Leonel Fernández, no el PRD ni el país.
Con mayoría de jueces en la Suprema Corte, en el Tribunal Superior Electoral y en el Constitucional, no habrá manera de enjuiciar a los depredadores del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Los presidentes de los tres órganos superiores de la justicia jamás firmarán una sentencia que perjudique a los integrantes de la corte del presidente Fernández, ni al propio mandatario. Para eso fueron escogidos.
La elección por seis años de los alcaldes, regidores, diputados, senadores, miembros de la Cámara de Cuentas y de otros estamentos, como la justicia, es el resultado de un plan minuciosamente diseñado y puesto en marcha para que Leonel continuara en el poder hasta el año 2016 cuando pretende volver al Palacio Nacional.
Ahora Leonel hace esfuerzos para imponer un presidente títere, como lo hizo Trujillo más de una vez. Danilo Medina no era el hombre ideal para sustituirlo porque no le merece confianza por más que lo intente.
Ante esa realidad, impuso a su mujer que es la extensión de su poderoso brazo. Y no dudemos que ante cualquier eventualidad ella sustituya al candidato, un hombre sin carácter y sin coraje.
Leonel tiene un Plan A y un Plan B. No dudo que tenga un Plan C.
Un plan por si el presidente es Hipólito Mejía, como lo dicen las encuesta y el pueblo. Y un plan por si el presidente es Danilo Medina, algo poco probable. Habría que robarse las elecciones y provocar un baño de sangre que arruinaría la imagen de civilista democrático que Leonel le ha vendido al mundo.