El volcán que podría dar origen a la octava isla Canaria
Última actualización: Domingo, 4 de diciembre de 2011
La erupción de un volcán subterráneo podría dar origen a la octava de las islas Canarias (España) o ampliar una de las ya existentes. Para algunos es un espectáculo colorido, para otros un duro trastorno en sus vidas.
"Hoy está enfadado. ¡Mira como está!" dice el pescador Elio Morales Rodríguez, en La Restinga, un pueblo en la costa sur de la isla de El Hierro.
"Esa mancha verde en el agua es una zona muerta", dice mirando al mar. "Lo mata todo. Ya no se puede pescar, ni bucear, ni vienen turistas. Solo se ven peces muertos en la superficie".
Hace más de un mes que el volcán submarino entró en erupción, a cinco kilómetros de la costa sur de El Hierro, la menor de las siete Islas Canarias, unos 50 kilómetros al suroeste de su vecina más cercana, La Gomera, y a 100 kilómetros de distancia de la isla más poblada, Tenerife.
A unos 60 metros de profundidad, el volcán, calificado como "submarino", está liberando gases y magma en el océano.
La erupción ha atraído a la isla a periodistas y camarógrafos, pero ha espantado a muchos turistas. La periodista local Bárbara Belt dice que los isleños se enfrentan a la incertidumbre de no conocer cuándo cesará la actividad del volcán y podrán retomar su vida habitual.
En el pueblo costero de La Restinga, muchas bares, restaurantes y hoteles han echado el cierre y muchos vecinos se han marchado.
Temblores
Erupciones en las Canarias - Último siglo
- 1971: erupción del Volcán Teneguía en la isla de La Palma.
- 1949: erupción del volcán San Juan, también en la isla de La Palma.
- 1909: erupción del volcán Chinyero, en Tenerife.
Fuente: Involcan
La erupción es parte de una evolución volcánica de largo plazo en las Islas Canarias, que puede resultar en el nacimiento de una isla más o en la adhesión de más territorio a la parte sur de la isla de El Hierro, según los expertos.
Al norte de la isla también hay actividad sísmica.
"Ha habido una cantidad enorme de actividad sísmica alrededor de la isla", dice Nemesio Pérez, coordinador científico en Involcan, el Instituto Volcanológico de Canarias.
"Al sur de la costa de El Hierro, el magma ha surgido de la corteza. La pregunta ahora es si eso pasará también al norte".
Pérez estudió vulcanología en Japón y Estados Unidos antes de volver a su tierra en 1997 para ayudar a mejorar la red de supervisión de la actividad volcánica en el archipiélago.
En los últimos cuatro meses, la red ha detectado más de 11.000 temblores en la isla de El Hierro, uno de los cuales midió 4,6 grados en la escala de Richter, y fue sentido en La Gomera y Tenerife. Uno de los vecinos de El Hierro dice que fue como un "tirón de energía", y otro describe el ruido como un "rugido profundo".
Los 10.000 residentes de la isla no han sentido la mayoría de los temblores, pero varios han sido suficientemente poderosos como para despertar su nerviosismo.
Un manto de magma
Lo que observamos en El Hierro es una zona de fractura activa, que más o menos se extiende de norte a sur. Y esa zona de fractura canaliza el magma, que surge de la profundidad a la superficie, en una estructura que llamamos un "dique", y que es como un manto vertical de magma.
Joachim Gottsmann, vulcánologo
Ese manto de magma se manifiesta en un centro de erupción que se sitúa en el sur, pero también crea mucha actividad sísmica en el norte. Esta todo conectado.
Es normal que estos mantos de magma, al erupcionar, se canalicen por puntos individuales, en lugar de causar una fisura completa.
"Los isleños han tenido sus maletas preparadas en la puerta, con ropas, baterías para la radio, linternas, sábanas y víveres", dice Bárbara Belt.
En el norte de la isla, en una zona llamada La Frontera, trabaja Carmen, una profesora de guardería que dice que está usando juegos para que los niños aprendan los procedimientos de emergencia.
"Cuando soplo el silbato, se meten debajo de las mesas lo más rápido que pueden. Entonces cantamos hasta que recibimos la señal para salir y luego nos marchamos en fila sosteniendo una cuerda".
"Las autoridades han recomendado a los isleños que no salgan al exterior durante los temblores", dice la periodista Belt. "Cuando vuelve la calma, deben concentrarse en los lugares de reunión designados".
La ministra de Defensa española, Carme Chacón, visitó la isla en septiembre.
En La Caleta, se ha estacionado un grupo de protección civil venido de la Península que está en alerta por si se declara una emergencia.
¿Nube de cenizas?
La vida de los isleños se vio interrumpida por el cierre temporal de un túnel con un enlace por carretera vital. También se han producido evacuaciones de casas en algunas zonas potencialmente peligrosas.
Para algunos, lo peor ha sido el impacto en el turismo.
"La televisión y los periódicos lo dramatizan todo", dice Máximo Rodríguez, en una conversación en un bar casi vacío de La Restinga. "La gente se asusta. La gente debería venir. ¿Cuántas veces tienes la oportunidad de ver esto?", pregunta.
En la parte norte de la isla, en La Frontera, los propietarios del bar Tasca La Cantina, José Antonio Padrón Pérez y su esposa, María Fonte Armas, dicen que también están hartos.
"En invierno suelen venir grupos de senderismo del norte de Europa. Todos han cancelado sus planes este año. Pero la vida real no es tan dramática como aparece en la prensa. Todos somos conscientes de la actividad volcánica. ¡Estas son islas volcánicas!".
El Hierro tiene 500 conos volcánicos, lo que la convierte en la isla canaria con más volcanes, y eso puede explicar que muchos herreños digan sentirse tranquilos. Carmen dice que los volcanes que pintan los niños de su guardería no son precisamente oscuros y siniestros, sino coloridos y divertidos.
Joachim Gottsmann, un vulcanólogo de la Universidad británica de Bristol que dirige un estudio volcánico financiado por la Unión Europea, dice que no hay señales de que se vaya a formar una "nube de ceniza" similar a la que surgió en 2010 durante una erupción en Islandia.
"Ahora mismo, la erupción al su de El Hierro es en realidad solo una erupción submarina", afirma. Pero añade que esto podría cambiar de un momento a otro.
Así que es una nube de incertidumbre la que se cierne sobre la cabeza de los herreños. Les gustaría que el revuelo se redujera, o al menos que más turistas vinieran a la isla para presenciar la erupción.
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